Iztapalapa, Edomex.-
La quema de Judas de papel es una de las tradiciones más importantes de México. En el Distrito Federal, sobre todo en Iztapalapa, es costumbre que algunos vecinos de los ocho barrios de la demarcación regalen Judas de papel para su quema cada Sábado de Gloria.
En entrevista Oscar Vázquez, de 21 años, relata cómo esta tradición sigue viva, mientras otras se extinguen con el tiempo.
“Nadie me enseñó a hacer Judas, directamente, viendo a los demás aprendí cómo hacerlos”, cuenta.
El joven lleva cuatro años en la fabricación de Judas de papel. En el taller, ubicado en el Barrio de San Pedro en Iztapalapa, guarda cohetes, papel y cartón que utiliza para dar forma al Judas de este año, que mide 3.5 metros.
Oscar, quien interpreta a un hebreo en la actual representación de la Pasión de Cristo, en la delegación, afirmó que tarda una semana para crear un Judas de ese tamaño. Relató que se comienza con un boceto, después se corta el carrizo en tiras (material parecido a la caña de azúcar pero hueco), se unen los trozos con hilaza (hilo tipo cáñamo bañado en chapopote y aceites especiales), y se forman la cabeza, el cuerpo, los brazos y piernas.
“Cuando se tiene la estructura se colocan los cohetes por dentro, se empapela con engrudo, papel maché o periódico, se deja secar y se colocan más cohetes por fuera y las mechas, finalmente se pinta”, relató el artesano.
De acuerdo con Oscar, hay ocasiones en que los vecinos juntan dinero y mandan a fabricar sus Judas, “aunque normalmente se donan”. Su figura la obsequiará al Barrio de la Asunción, por lo que él cubre todos los gastos.
Afirmó que, si bien, el carrizo es barato y el papel se lo regalan en las tortillerías aledañas, lo más caro es la pirotecnia, “la docena de ‘truenos’ llega a costar entre 200 y 300 pesos (este Judas lleva dos docenas), más una docena de cohetes especiales que hacen que el Judas gire, más buscapiés, silbatos, luces, mechas. A parte la pintura, le vamos a meter cuatro colores. Entonces el Judas me viene saliendo como en mil 800 pesos”.
Oscar relató que los barrios no se juntan para quemar los Judas, sólo se dan avisos en cada calle, “los vecinos amarran cohetes a los postes y los prenden, así se indica que la quema va a empezar; en otras calles es diferente, los vecinos van tocando las puertas de las casas, entonces la gente sale a ver la quema del Judas. Este año se hará entre las 5 y 6 de la tarde”.
Mayordomías, a la baja
Víctor Hernández, cuya familia es dueña del terreno donde Oscar elabora los Judas, aseguró que antes las quemas de figuras de diablos eran más interesantes, “anteriormente quemaban a los Judas y después llegaban camiones cargados de fruta y la regalaban. Todavía en el 2000 llegué a ver gente que daba fruta. Además se adornaban más las calles. Mucho de ese folclore terminó”, relató el joven.
Asimismo, Oscar Vázquez afirmó que, además, se ha perdido la tradición de las mayordomías en Iztapalapa, “la mayordomía es una organización de vecinos nativos de los barrios que hacen la fiesta patronal de un santo. Hay uno que es el mayordomo principal que corre con la mayoría de los gastos y recibe al santo o imagen en su casa, los demás apoyan con las misas, flores, pirotecnia. Pero esa costumbre se ha perdido porque a las nuevas generaciones no les gusta, ya no se acercan; además el dinero ya no alcanza”.
Óscar y Víctor lamentaron que, aunque en Iztapalapa se realiza la representación de la Pasión de Cristo, ya no tiene el mismo sentido “ya no es como nuestros padres o abuelos nos dijeron que era, el respeto se perdió. Por ejemplo, con tanta gente a veces tiran las imágenes de los santos. O los jóvenes van tomando a pesar de que hay ley seca, se van drogando”.
Es por ello que Oscar recomendó que la gente adulta debería enseñarle a las nuevas generaciones el verdadero significado de las tradiciones iztapalapenses.
“Que la delegación apoyara en la difusión de la cultura, porque, en el caso de los Judas, están olvidados”. Incluso hizo un llamado a los medios de comunicación para que se abrieran más espacios para difundir la cultura de Iztapalapa y otras delegaciones, “que los medios no digan que esta delegación sólo es violencia, armas, mal ejemplo, que digan que también tenemos cosas buenas”, finalizó.
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