Lo mejor está por verse en seis meses y hasta el 1 de julio del año próximo. La consigna será, guardando todas las proporciones, aplastar, descarrilar, tumbar y hasta despedazar políticamente a Andrés Manuel López Obrador en la carrera presidencial hacia Los Pinos.
Pasó en 2016, cuando Vicente Fox Quesada planeó y orquestó la derrota del líder de MORENA, en ese entonces candidato del PRD. Y sucedió también en 2015, cuando las tres televisoras privadas de Nuevo León: Televisa, TV Azteca y Multimedios, vendieron su alma al PRI para que perdiera “El Bronco” independiente.
O sea que lo mejor de este thriller político nos tendrá reservados los mejores capítulos a partir del primer día de 2018, aunque ya tuvimos un adelanto cuando se generó un clima de linchamiento contra el aspirante de MORENA quien declaró que, de ganar las elecciones, ofrecería amnistía a los cabecillas del narcotráfico.
Nunca olvidaré la campaña de 2015, cuando una efectiva estrategia político-electoral del PAN puso a López Obrador ante el electorado como un casi Satanás o nuevo Hitler; enemigo de la sociedad mexicana que llevaría al país al comunismo como en Cuba: “Es un peligro para México”, según los spots.
Once años después el tabasqueño -como se dice-: “ya está vacunado”. El ambiente que se percibe entre los mexicanos es de repudio contra el sistema político mexicano que se ha compartido el poder en los últimos 15 años. Dos gobiernos del PAN de 2000 a 2012, y el regreso del PRI hasta 2018.
El peor enemigo del dirigente de MORENA será él mismo, porque si bien la amnistía a favor de los narcos que propuso es similar a la figura de testigo protegido en Estados Unidos, sus adversarios se encargaron de poner esa oferta que salió de su boca en todos los medios beneficiados por millonarios convenios de publicidad pagados por el gobierno de Enrique Peña Nieto.
Esos mismos medios que hace dos años quisieron comerse hasta los pellejos de Jaime Rodríguez Calderón, el candidato independiente al gobierno de Nuevo León que significaba un peligro para el Partido Revolucionario Institucional, sobre todo, cuya candidata fue humillada en las urnas. Y no se diga el PAN.
Con el riesgo de perder juntos Televisa, TVAzteca y Multimedios pauta publicitaria de mil millones de pesos anuales, los tres medios se entregaron a los brazos del PRI nacional para falsamente poner a su abanderada Ivonne Álvarez García primera en las preferencias electorales en supuestas encuestas.
“El Bronco” empezó abajo en empate técnico, con dos o tres puntos de diferencia cuando arrancó la campaña -no más-. Y finalizó con una descomunal ventaja que, ni juntos los candidatos del PRI y PAN, le empataron cuando se sumaron los votos. Así, los electores neoloneses sepultaron a los partidos políticos.
Diferente está López Obrador dos años después a nivel nacional con una amplia ventaja frente a cualquiera: José Antonio Meade del PRI, y Ricardo Anaya, que será el candidato del PAN, PRD y MC.
La gran interrogante es: ¿cuál de los dos, Meade o Anaya, quedará en tercer lugar? O hasta cuarto, en caso de que “El Bronco” prenda en la campaña.
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