México, D.F.-
El lunes, la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas anunció que Arturo Ripstein recibirá el Ariel de Oro por su trayectoria, pero hasta la tarde el jueves, el cineasta quien ha sido uno de los más duros críticos del organismo, lo desconocía.
“(El Ariel) ¿Es para sentirse a la altura de Vitola o del hermano Almada (Mario)?”, señala bromista vía telefónica, haciendo referencia algunos de los que lo han obtenido en años anteriores.
Ripstein, director de El lugar sin límites y El castillo de la pureza, con 50 años de trayectoria, lleva más de una década que no autoriza la inscripción de sus películas a los premios de la Academia.
Cada que se le pregunta, una de sus principales críticas a la Academia es que no debe ser únicamente algo que de premios, sino también preservar el material generado por el cine mexicano.
Así que el anuncio de la AMACC (por sus siglas) fue una sorpresa no por la falta de merecimientos, sino por el pasado reciente con el realizador mexicanos.
-¿No quiere el Ariel?
A mí no me ha preguntado nadie; me encontré a Blanca Guerra (presidenta de la Academia) en Panamá, donde estaba yo, y me dijo: “te vamos a dar el Ariel”. Pero a mí no me han preguntado, no es que yo haya pedido una nominación o solicitado eso.
-¿Piensa ir a la ceremonia (en Bellas Artes, el 27 de mayo)?
Eso aún no se lo puedo decir.
-Por su trabajo ha ganado seis Ariel, ¿dónde los tiene?
No tengo ni uno.
-¿Dónde están?
¡Extraviados! Puse un anuncio en el aviso de ocasión de ‘se busca Ariel’ y no lo encontré nunca, no sé dónde está.
-¿De verdad?
Así como lo oye (risa). Creo se fueron corriendo, quién sabe, estos de pronto cobran vida a la media noche, cantan y huyen.
-¿Cuál es su actual idea sobre la Academia, siendo usted uno de sus más duros críticos?
Primero que nada lo que requiere la Academia es la preservación del material y no dar solamente un pin… premio que sí, es autoglorificante, nos da mucho gusto y es un masaje al ego; pero además, también se necesita que (en la Academia) haya estudios y sobre todo un trabajo de conservación del material, eso es lo importante.
Nuestro material está despareciendo como mis Arieles (risa), hace muchísimos años no compito por ellos, llegó un momento en el que dije ya no más; (antes) algunas de mis películas competían y muy en contra de mi voluntad.
-¿Siempre ha sido así?
Hace mucho rato sí, muy buen rato que estaba muy en contra de la actitud, las nociones de lo que es la Academia y hasta ahorita nadie me ha informado ninguna cosa.
-¿Y si le avisan (de la entrega del Ariel de oro)?
Si me avisan, entonces ya veré yo qué hago.
Pero da alegría que sea un premio otorgado por sus pares ¿o no? Son actores, directores, los que deciden a quien se lo dan
-¿Quiénes son los pares?. Es como en un rancho, todos los animales son iguales, pero unos son más fuertes que otros, aquí hay unos más pares que otros.
-¿Cómo va su próxima película?
Está presentado el proyecto y falta todavía que pase todo el largo y complicadísimo proceso de aceptación, de conseguir fondos.
A mí cuando el productor me pregunto que dónde pedíamos (fondos para el financiamiento), yo dije que donde sea: en las oficinas, las plazas, en las iglesias, donde sea, tú pide. Quisiera (que el rodaje) se realizará este año, tengo muchas ganas de volver a hacer una película.
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