Chilpanchingo, Gro.-
El obispo de la diócesis Chilpancingo-Chilapa, Salvador Rangel Mendoza, dio a conocer que la Secretaría de Gobernación (Segob), ante la denuncia que la Fiscalía General Estatal (FGE) hizo en su contra, le ordenaron que ya no haga declaraciones sobre los asesinatos cometidos en contra de los sacerdotes Iván Añorve Jaimes y Germaín Muñiz García.
Agregó que la denuncia en su contra por parte de la FGE, ante la Segob, se originó por su rechazo de lo que ha dado a conocer el fiscal general Xavier Olea Muñoz, sobre la ejecución de dos sacerdotes en Taxco, por parte de un grupo armado, crimen que consideró “una ofensa a Dios, a la Virgen, a todos los católicos de Chilpancingo, Chilapa y Acapulco”.
Agregó que en la conversación que tuvo con enviados de la Segob, les dijo que como obispo, no podía permitir “esa humillación, esta desgracia de nuestros sacerdotes, que como obispo yo tenía la obligación de defender a nuestros sacerdotes, seminaristas, religiosas y religiosos, que como Iglesia tenemos que levantar la voz y no permitir esos atropellos”.
En el video que se gravó sobre la misa que celebró en la Basílica de Guadalupe, realizada el 9 de este mes, con motivo de una peregrinación de fieles que pertenecen a la Diócesis Chilpancingo-Chilapa, el prelado aseguró ante ellos que los de la SEGOB, “me dijeron que no hiciera más declaraciones y de parte del gobierno le dijeron que no volviera a hacer declaraciones, pero vamos a ver quién aguanta más, ellos o yo”.
En torno a las monjas que aseguró huyeron de Chilapa, agregó que se encontraban al frente de una escuela, la que tuvieron que abandonar por el asesinato de los padres de la monja Dolores “N” de 51 años, que fueron encontrados desmembrados junto con los cinco artesanos originarios del estado de Veracruz, el 30 de este mes, dentro de 15 bolsas de plástico.