Cd. de México.-
Luego de 10 años de espera, el caso de Jesús Romero víctima de violación, finalmente tendrá justicia. Su verdugo el sacerdote Carlos López Valdez, fue condenado a 63 años de cárcel.
Jesús Romero denunció por primera vez en el año 2007, que el religioso de 72 años de edad había abusado de él desde la corta edad de los 10 años, cuando fue monaguillo en la parroquia de San Agustín de las Cuevas, al sur de la Ciudad de México.
Sin embargo, no fue hasta el 26 de agosto de 2016 cuando agentes judiciales lo detuvieron al sospechoso en Jiutepec, Morelos, pero a pesar de ello, el hombre siguió oficiando misa.
De acuerdo a las declaraciones de Jesús, los tocamientos y abusos sexuales por parte de López Valdez, dieron inicio en 1994 y gracias al fanatismo católico de la familia del joven, las situaciones se dieron con gran facilidad para el depredador.
Jesús vivió 10 años de infierno a lado del cura pederasta, motivo que lo orilló a la drogadicción y alcoholismo para soportar las vejaciones.
Fue hasta que se libero del yugo religioso a los 20 años de edad, que conoció a otras víctimas en sus mismas condiciones y decidió buscar ayuda psicológica, la cual dio como resultado que tomará la iniciativa de interponer una demanda y tratar de evitar futuros niños violentados.
El camino de Jesús no fue sencillo, pues hubo diversos obstáculos, que entorpecieron su denuncia. El excardenal Norberto Rivera Carrera y hasta el propio Papa Francisco pidieron perdón al muchacho, pero éste las rechazó.
La defensa entregó a la Procuraduría de Justicia en la Ciudad de México, 800 fotografías pornográficas de López Valdez teniendo sexo con Jesús cuando aún era un infante. Las fuertes imágenes forman parte del expediente de investigación.
En un hecho inédito, el juez de lo penal de CDMX sentenció al sacerdote a pasar 63 años tras las rejas por los delitos de corrupción de menores y abuso sexual.
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