Xalapa, Ver. / Oct. 1
“Si quieren que dé mi vida para que nos hagan caso se las doy”, sentenció el dirigente campesino Ramiro Guillén Tapia, y enseguida se roció gasolina y se prendió fuego en el cuerpo, frente al palacio de gobierno.
Ya convertido en tea humana, mientras socorristas trataban de sofocarle las llamas, declaraba a los medios que el gobierno no había atendido las demandas agrarias de sus representados.
Ramiro Guillén, de 42 años, fue trasladado al Hospital Civil Rafael F. Nachón de esta capital, donde se le reporta muy grave porque presenta quemaduras de segundo y tercer grado casi en 90% del cuerpo.
El gobierno estatal aseguró por la tarde que aquél iba a ser recibido, y no se explican por qué se inmoló si en junio pasado el gobierno estatal y representantes de la Secretaría de la Reforma Agraria (SRA) suscribieron con Guillén un convenio, donde las autoridades se comprometían a pagar a los campesinos las tierras que disputaban a otra organización.
Presidente de la Comisión Pro Derechos Humanos, AC, de la Sierra de Soteapan, cuya vocación es campesina, Guillén Tapia, originario del municipio de San Pedro Soteapan, había asegurado por la mañana que estaba dispuesto a dar la vida por sus hermanos indígenas.
Cerca del mediodía, el hombre se manifestaba por enésima ocasión frente al palacio de gobierno, junto con unos 15 campesinos para exigir dotación de tierras y solución a un añejo conflicto agrario en la comunidad de Ocozotepec, en Soteapan. Una vez que advirtió que estaba dispuesto a morir, se prendió fuego y se convirtió en una antorcha humana.
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