Reynosa, Tam.-
Pocos, muchos, café claro, café obscuro, grandes, pequeños, redondos, asimétricos, así pueden ser los lunares.
Sin importar edad, sexo o religión, ya sea por nacimiento o por aparición en alguna etapa de nuestra vida, todos tenemos alguno que nos caracteriza.
Pero, ¿qué son los lunares? La dermatóloga Patricia Sánchez Rodríguez, certificada por la Sociedad Mexicana de Dermatología y por la Academia Mexicana de Dermatología, dio su explicación al respecto.
“Las personas asocian la palabra ‘lunar’ a un abultamiento o mancha de color café claro u obscuro, regularmente redondos, de superficie lisa o rugosa; la mayoría son pequeños, pero algunos pueden ser bastante grandes”, explicó la doctora.
Continuó diciendo que son tumores benignos formados por células névicas, por lo que a los lunares se les llama nevos.
Explicó que estas manchitas de color café obscuro pueden estar presentes desde el nacimiento, pueden ser muy grandes y tener vello abundante en la superficie, sin embargo los lunares de nacimiento son poco comunes, siendo los más frecuentes los que se van adquiriendo en el transcurso de la vida.
Aunque no hay límite para la cantidad de lunares que una persona puede tener, sí hay testimonios de quienes afirman proceder de familias de muchos lunares, ya que está determinado genéticamente.
BUENOS Y MALOS
Existen lunares benignos, es decir que no representan ningún problema de salud, pero también los malignos, que son aquellos que pueden transformarse en un tumor maligno y a ese si hay que ponerle especial atención.
“El tipo de tumor maligno originado por un nevo melanocítico se llama melanoma y ese sí es un tumor maligno que nos preocupa y nos ocupa, y que se debe diagnosticar tempranamente”, expuso.
Es importante ver si nuestros lunares sufren algún cambio y en cuánto tiempo se dio.
Si en un lapso relativamente corto de tiempo, por ejemplo, menos de seis meses, un lunar redondo toma una forma irregular, cambia bruscamente de color, si continúa creciendo, o si lo hace de un lado más que otro, es importante acudir a su médico.
“Las personas deben conocer sus lunares, cuántos tienen, dónde están y cómo son, para detectar cuándo uno ya no es igual, a esto le podríamos llamar autoexploración, así como nos recomiendan hacerlo para detectar el cáncer de mama”, mencionó.
Recomendó hacerlo de pie frente a un espejo fijo y con uno de mano revisar la zona genital, porque dijo, hay lunares que no están al alcance de nuestra vista.
¿ME PUEDO QUITAR UN LUNAR?
La especialista de la piel comentó que muchas personas desean quitarse algún lunar porque no les gusta, pero sólo se pueden extirpar por medio de cirugías, y por más pequeño que sea el lugar el procedimiento dejará una cicatriz.
“Para quitar un lunar forzosamente hay que realizar un proceso quirúrgico, no hay otra alternativa, no es algo complicado pero dejará una cicatriz, por lo que las personas deben analizar si se quedan con su lunar o se ganan una cicatriz”, mencionó.
Comentó que algunos lunares están ubicados en sitios donde la cicatriz va a quedar disimulada, como el pliegue nasal, el pliegue nasolabial (el comprendido desde la nariz a la boca), delante de las orejas y en la región preauricular.
Explicó que las cirugías se realizan en 20 o 30 minutos y son de tipo ambulatorio, se hacen en el consultorio con anestesia local.Los hilos de sutura localizados en la cara se retiran a los cinco días y del tronco o las extremidades, pueden ser de 10 a 15 días; la herida regularmente es pequeña, de acuerdo con el tamaño del lunar y se realiza una limpieza básica con agua y jabón, así como curaciones con algún antiséptico y ungüento con antibiótico.
También se recomienda evitar la exposición solar durante el período de la cicatrización para evitar la pigmentación.
EL LUNAR DE LA ABUELA
Es común haber escuchado a alguien decir que tiene el mismo lunar de su madre, su padre, abuela o algún otro familiar, haciendo alusión a forma, color, tamaño o lugar donde se localiza, sin embargo, la doctora comentó que hasta el momento no se ha hecho una investigación científica que lo afirme o descarte.
Un nevo congénito es un lunar con el que la persona ya nace y regularmente son más grandes que los nevos adquiridos, sin embargo, no hay evidencia de que se vayan pasando de generación en generación.
MELANOMA
El melanoma es el tipo más serio de cáncer de piel y no es exclusivo de quienes se exponen mucho al sol.
“Hablando de cáncer originado en lunares, el melanoma puede aparecer incluso en lunares que tenemos entre los dedos de los pies, ahí nunca nos da el sol y sin embargo en México, el 25 por ciento de los lunares malignos se originan en las extremidades inferiores, y muchos de ellos están en la planta o en los espacios interdigitales”, comentó.
La dermatóloga mencionó que, Australia durante muchos años tuvo la incidencia más alta en el planeta de casos de melanoma, debido a su ubicación en donde se encuentra el agujero de la capa de ozono.
“Sus habitantes tenían mortalidades muy elevadas por el cáncer de piel, pero hicieron campaña alertando sobre el uso del bloqueador solar, uso de gafas, sombreros y gorros y acudir a una revisión anual con su médico, y así fue bajando la incidencia, pero en países como el nuestro donde las estadísticas no demuestran que los melanomas sean solamente provocados por el sol tenemos una conducta distinta”, apuntó.
Dijo también que, el tipo de cáncer más común de la piel se llama carcinoma basocelular, algunas veces es pigmentado y puede aparecer un lunar después de los 40 o 50 años, en hombres y mujeres con cierta historia de exposición solar crónica.
“Si desarrollan o tienen un lunar curioso en la cara sería conveniente visitar al médico porque un carcinoma basocelular que se comporta como un tumor benigno, entre más pequeño lo extirpemos mejor”, recomendó la doctora.