Reynosa, Tam.
De los 0 a los 12 años, el niño sufre una evolución constante y es en esta etapa cuando tiene un mayor desarrollo.
En este lapso puede aparecer la dislexia, un trastorno del neurodesarrollo que regularmente es detectado al estar en edad escolar.
Maribel Gómez González, psicóloga infantil y familiar dijo que a pesar de la evolución normal de estos niños pueden presentar características diferentes al resto.
“Cuando los niños cursan tercero de kínder hasta primero de primaria es cuando la empezamos a detectar, antes no porque el niño está en proceso de adquisición visomotriz y no tiene la madurez necesaria”, explicó.
La coordinación visomotriz se refiere al ejercicio de movimientos controlados para la realización de tareas complejas en donde se debe tener buen dominio del cuerpo y la vista.
“Al ingresar a la primaria los niños ya deberían seguir un trazo, reconocer las letras y su sonido; cuando no lo hace tal vez exista un desfase o presenta alguna dificultad dentro de esa habilidad”, expresó.
Dijo que algunos niños de 6 ó 7 años, cuando inician primero o segundo grado de primaria realizan algunos trazos al revés donde regularmente confunden las letras “p”, “q” o “d” por ser muy similares.
En la lectura también hay confusión, lo hace al revés o confunde sonidos.
“Es importante ver estos indicadores como una señal y no precisamente como un trastorno, para definirlos como tal es necesario hacer una valoración pedagógica para ver si efectivamente es dislexia o falta de madurez en su desarrollo motriz”, explicó.
La dislexia puede interferir en el proceso de enseñanza debido a la confusión de fonemas o de trazos.
“No nada más afecta al niño al momento de escribir, sino también al pronunciar y al área de la comprensión, ya que es más difícil que entienda lo que está escribiendo”, dijo la experta.
¿QUÉ HACER?
Al detectar estas señales es necesario darle al niño un proceso de reforzamiento, es decir, prestarle más atención a estos aspectos y reforzar su práctica y entendimiento.
Añadió que si aún con este proceso el niño no evoluciona deberá acudir a una valoración pedagógica en donde se trabajará el estado visuoespacial, es decir, derecha-izquierda, arriba-abajo y todos los opuestos, así como el entorno para saber si también presenta dificultades en esa área.
La profesional del Centro de Apoyo Educativo y Psicológico, dijo que la dislexia no desaparecerá en su totalidad. La terapia proporcionará herramientas para que otras áreas no se vean afectadas.
“Trabajamos la atención para que cuando el niño encuentre ese trazo dentro de la escritura y aprenda a detectarlo a tiempo.
Tal vez presente presente esta dificultad el resto de la vida, pero aprenderá a sobrellevarlo”, comentó Gómez González.
Un adulto que padece dislexia ve afectada el área espacial, es decir, le cuesta trabajo reconocer direcciones, leer mapas, se pierde en lugares nuevos, los ven al revés, no saben hacia donde caminar o se desorientan.
Agregó que estas personas tienen problemas de ortografía y también en el área matemática, pero es difícil trabajar con ellos porque al ser adultos se encuentra afectada el área emocional y en ocasiones, no se acepta que se tiene el problema.
La psicóloga dijo que el gateo en los niños de 0 a 6 meses estimula a que trabajen los dos hemisferios cerebrales y aunque no evitará que desarrollen dislexia, sí puede aminorarla.