Ciudad de México.-
Ni siquiera fue necesario permanecer en el Estadio Azteca todo el partido. Gracias a la goleada que sufrió en la ida (1-4), el América le ahorró a sus aficionados la agonía de los minutos finales, pero se despidió con vergüenza, al no poder remontar el marcador global contra el Santos (6-3), que enfrentará al Toluca en la final.
Empate en la vuelta (2-2) que no permite a las Águilas esquivar el rotundo fracaso, a pesar de que este domingo fueron beneficiadas —otra vez— por el árbitro Jorge Arturo Pérez Durán, quien al 9′ señaló un penalti muy rigorista. Eso sí, cerca del final anuló a Oribe Peralta un gol que sí era válido.
A diferencia del partido pasado, Cecilio Domínguez cobró y anotó, lo que evidenció la falta de carácter y compromiso del francés Jéremy Ménéz, quien después de fallar en La Comarca, este domingo paseó por la cancha como un turista más que recorre el Azteca.
La anotación de Domínguez impulsó a las Águilas, que aprovecharon el miedo escénico con el que arribó Santos y consiguieron el segundo gol, con un remate de cabeza de Bruno Valdez. El giro de cuello del paraguayo hizo pensar que el partido también lo haría en favor del América.
Sin embargo el ímpetu se fue perdiendo gracias a su poca claridad de juego. Los seguidores del América llegaron al Coloso de Santa Úrsula con la ilusión de ver una histórica remontada pero se fueron amargados por ver que en el césped el equipo de Miguel Herrera no cumplió con la palabras del envalentonado técnico.
Antes de que terminara la primera mitad, Jonathan Rodríguez anotó en una descolgada por la banda derecha, en la que estrelló el balón en el portero Agustín Marchesín, pero gracias a que el rebote le quedó cerca, consiguió el gol. Cerca del final, Jesús Isijara puso el 2-2 y oficializó el enorme fracaso de esta versión azulcrema.