Ekaterimburgo, Rusia.-
Y volverán a ser locales de nuevo. La parcialidad mexicana ya ganó, por lo menos en lo que a entrada se refiere. Si contra Corea se superaba en 10 a 1, ahora es de 20 a 1… Pocos son los suecos que aparecen, pocos son y poco escándalo hacen, sucumben al ruido mexicano, que al mínimo pretexto se hace fiesta, se hace barullo.
Habrá lleno. La Arena de Ekaterimburgo tiene capacidad para 35 mil aficionados, y 30 mil seguramente serán mexicanos, aunque algunos buscan aún boletos para entrar.
“Ofrezco 500 dólares, no más”, advierte un paisaje que se protege del sol en un anuncio, ignorando que en la reventa electrónica la puja comienza en mil y va hasta 1,500.
Madrugaron los directivos de clubes mexicanos. Desde temprano llegaron a esta ciudad, sede del partido entre México y Suecia, presidentes de clubes como Duilio Davino de Monterrey y Gustavo Guzmán del Atlas, además del presidente de la Liga, Enrique Bonilla.
Gran parte de los encargados de los clubes andan en Rusia, observando los juegos de la Copa del Mundo y quien quite, quizá cerrando a algún refuerzo de último minuto.