“…no pago para que me peguen”, frase pronunciada por el ex presidente José López Portillo, refiriéndose a los medios de comunicación que le cuestionaban ser manirroto, a su favor y de sus consentidos, no del pueblo, claro está, en el manejo de los recursos generados por la explotación petrolera. Ante lo cual decidió no publicar publicidad ?y propaganda de su gobierno en determinados medios.
La revista Proceso documentó el hecho y escribió hace 32 años: “La segunda quincena de abril de 1982, Francisco Galindo Ochoa, titular de la Coordinación General de Comunicación Social de la Presidencia, dio la orden a todas las dependencias del gobierno federal, los gobiernos estatales y al PRI, de cancelar cualquier contrato publicitario con Proceso, como una represalia por la línea crítica del semanario dirigido por Julio Scherer García”.
Esas prácticas, que deberían estar superadas en México, siguen tan vigentes como si fuera ayer.
Quienes encabezan los gobiernos, ya sea federal, estatal o municipal, se les hace fácil recortar de su lista de medios a aquellos que no comulgan con su desempeño.
Y podrá alguien pensar, pues están en su derecho.
Pero no es así, primero porque sólo están para administrar recursos económicos que no les pertenecen. Segundo, porque los medios de comunicación requieren de lo que implica difundir los programas y acciones gubernamentales.
Y muchas veces se van a los extremos siendo muy sueltitos con aquellos medios de comunicación que se someten a todo lo que se les indica desde las direcciones de Comunicación Social.
Esas prácticas, provocan un gran daño a México, porque los medios que callan por dinero lo que sucede a su alrededor, sólo contribuyen a que la situación empeore y, por otro lado, el querer silenciar a un medio no autorizándole un contrato de publicidad, sólo es llevar a la autoridad a ser dictatorial. Recordemos que no se puede tapar el sol con un dedo y la podredumbre, tarde o temprano sale a flote.
“La compra de la obediencia: publicidad gubernamental y censura indirecta”, es el título del informe de la Asociación Mundial de Periódicos y Editores de Noticias, WAN-IFRA (por sus siglas en inglés), que documenta cómo las prácticas de sometimiento y censura impuestas durante los 71 años de gobiernos priistas, se mantienen vigentes a la fecha mediante la no autorización de contratos de publicidad oficial a determinados medios de comunicación.
El informe llama “censura indirecta”, a aquella que “afecta negativamente la calidad de los medios de comunicación, limitan la libertad de expresión, viola el derecho a la información pública y sofoca el debate público que es esencial para la democracia”.
Añade que este tipo de censura es menos visible que la violencia contra periodistas, pero es más insidiosa y lesiva, ante lo cual los gobiernos federal, estatales y municipales, deberían tener reglas claras en cuanto a la asignación de publicidad oficial a los medios de comunicación.
De esta situación, señala, son corresponsables los políticos del país y los propietarios de medios de comunicación.
“Deben hacerse responsables de estos abusos –indica el informe–. Hasta que se cambien esas prácticas, la mayoría de los medios de comunicación mexicanos seguirán siendo instrumentos políticos e intereses especiales, en lugar de un organismo de control independiente y una plataforma para el debate democrático”.
Pues ahí está, a ver quién le pone el cascabel al gato y airea este tema que es tabú en México.
LA FRASE
“No, qué barbaridad, ¡Dios me libre!, ¡Dios me libre! Tocamos madera, ¡Dios nos libre!, esas fueron las expresiones del aspirante a dirigir el Partido Acción Nacional, Ernesto Cordero, quien en un lapsus durante un discurso pronunciado en una población yucateca, dijo que quería dirigir al PRI.
¿Sería un lapsus o lo traicionó el subconsciente?
MANLIO Y COLOSIO
Hace unos días se cumplió el vigésimo aniversario de la muerte del ex candidato priista Luis Donaldo Colosio Murrieta y sigue sin aclararse qué platicó durante media hora y en privado, el coordinador de los diputados federales priistas, gobernador en ese entonces de Sonora, Manlio Fabio Beltrones, con Mario Aburto, el único que sigue en prisión como responsable del asesinato.
Hoy está en el Poliforum, Manlio Fabio, quien llega precedido de señalamientos a su actuación como diputado federal.
Correo electrónico: derrotero@hotmail.com
Twitter: @derrotero_mx
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