Cd. de México.-
Una pequeña cría de falso vampiro lanudo llama hambrienta con sus chillidos a su madre que de pronto aparece con una presa descabezada. Sus ojos brillan en la oscuridad y con un aleteo nervioso recibe el alimento. La cena está servida. El platillo protagónico es una marmosa mexicana, una especie de tlacuache que incluso parece superar en peso al pequeño murciélago, pero que apenas le sirve para calmar el apetito. En su refugio, al interior de un templo prehispánico de la Reserva de la Biósfera de Calakmul, una cámara con luz infrarroja graba la escena que se convierte en uno de los numerosos documentos que dan vida a la investigación sobre murciélagos carnívoros del doctor Rodrigo Medellín, uno de los más importantes especialistas sobre quirópteros, el segundo grupo de mamíferos más diverso del mundo.
En el Instituto de Ecología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), entre carteles, documentos, fotografías y otros objetos que dejan clara su pasión por estos fascinantes seres alados, el investigador comparte imágenes y videos de sus recientes expediciones hasta los bosques tropicales al sur de Campeche donde se han logrado ubicar 10 refugios de dos extrañas especies de murciélagos carnívoros: el murciélago espectral (Vampyrum spectrum) y el falso vampiro lanudo (Chrotopterus auritu). Este hecho es considerado toda una proeza, pues estos escurridizos murciélagos, los de mayor tamaño en el continente, han sido poco estudiados en su vida natural.
Luis Trujillo, líder de la próxima fase de estudios en campo que ya se planea en el Laboratorio de Ecología y Conservación de Vertebrados Terrestres, señala que por lo menos nueve especies de murciélagos basan su dieta en el consumo de vertebrados y en México habitan cinco de ellas, como el murciélago pescador mexicano (Myotis vivesi), que se alimenta de peces y cuyo cuerpo desarrolló adaptaciones para pescar como largas patas y uñas que le facilitan sacar a sus presas del agua. Trujillo comenta que este tipo de hábitos alimenticios carnívoros evolucionaron de manera independiente en por lo menos seis familias del orden Chiroptera.
Sin embargo, los murciélagos de este grupo que más enigmas encierran son precisamente el murciélago espectral y el falso vampiro lanudo, los protagonistas del estudio. Rodrigo Medellín cuenta que la primera vez que los investigó fue en los ochenta. Pasarían tres décadas para buscarlos nuevamente gracias al patrocinio de la National Geographic Society.
Estas especies se extienden desde el sur de México hasta Sudamérica. La aparente monogamia del espectral y las pocas conquistas del falso vampiro lanudo (otros murciélagos tienen hasta 20 parejas) se suman al hecho de que sólo tienen una cría por año. Todo esto complica mantener poblaciones elevadas. Además, cuando se empieza a perturbar su hábitat, son los primeros que desaparecen. Medellín cuenta que un lamentable ejemplo de esta situación es la selva de Los Tuxtlas, al sureste de Veracruz, lugar donde pudo ver por primera vez un murciélago espectral a finales de los setenta, pero la especie se ha perdido en este sitio por la degradación de la selva icónica de los ecosistemas húmedos. Un estudio del Centro de Investigaciones Tropicales (CITRO) de la Universidad Veracruzana confirma que desde hace 50 años la región ha sufrido un proceso de deforestación que la ha transformado.
Según datos del Sistema Nacional de Monitoreo de Biodiversidad (SNMB) la Península de Yucatán es una de las regiones aún más diversas. Se calcula que de 139 especies de murciélagos que habitan el país cuando menos 60 se encuentran en esta área geográfica, incluidas estas extrañas especies de carnívoros que son estudiadas también gracias al apoyo de las personas que trabajan y habitan en la zona, pues bajo una recompensa económica ayudaron a identificar sus escondites.
Diez refugios y muchas preguntas
Usualmente los refugios del murciélago espectral son árboles huecos, parcialmente podridos y con un diámetro de hasta tres metros, una cavidad adecuada para que se establezcan familias, pero en Calakmul los huecos donde habitan miden alrededor de 80 centímetros ya que no se encuentran árboles tan grandes debido al suelo con pocos nutrientes (característico de la península de Yucatán) y porque este lugar forma parte de un corredor de huracanes.
Generalmente parecen habitar a diferentes altitudes, pero cuando coexisten ambas especies, el que gana los árboles huecos es el espectral. Así que el falso vampiro lanudo no tiene más remedio que encontrar albergue en cuevas o templos, como los que se han instalado en antiguos edificios que conforman el legado arqueológico maya de Calakmul, como su famoso Hormiguero. Medellín aclara que sus hábitos aún son especulaciones y falta abrir más zonas de claridad sobre sus formas de vida, en lo que se enfoca la siguiente etapa del proyecto en campo que esperan pueda dar inicio a finales de este año.
Nuevamente se colocarán unidades miniatura de GPS en los murciélagos para darles seguimiento y se ampliará el conocimiento de su alimentación al examinar los tipos de ADN contenidos en sus excrementos. Hasta ahora una de las observaciones más peculiares sobre sus hábitos alimenticios fue el encuentro con once pares de alas del murciélago de cara arrugada (Centurio senex) que se acumularon a lo largo de tres semanas en un refugio de los falsos vampiros lanudos. Este frugívoro es una especie muy rara y es difícil localizarlo; sin embargo, formó parte involuntaria de un gran festín. La pregunta es por qué precisamente cazaron a estos murciélagos y no a otras especies más abundantes.
Tras el análisis de cada dato, las interrogantes crecen. Aún se desconoce qué tanto se alejan de sus refugios para atrapar presas y de qué forma se alimentan cuando están fuera de sus escondites. “Tampoco sabemos quién le da de comer a quién: si la hembra que recibe el alimento con su cría es la pareja de ese macho o si éste provee a cualquier otra cría”, señala Medellín y agrega que también quieren saber cómo se transfiere el conocimiento, es decir, cómo los más pequeños aprenden a cazar y si es una actividad o que realizan individualmente o en compañía. “Hay un montón de temas abiertos a la investigación para ampliar el conocimiento base”.
Medellín explica que los murciélagos carnívoros limitan las poblaciones de roedores, aves e incluso de los mismos murciélagos. En esto radica lo relevante de su presencia en los ecosistemas, tal como otras especies de murciélagos realizan servicios de polinización y dispersión de semillas. Ante su importancia, pero también vulnerabilidad, la pregunta obligada es qué sucederá con el anunciado proyecto del “Tren Maya” que podría atravesar su hábitat. “Estamos atentos con qué hará el nuevo gobierno con respecto a las manifestaciones de impacto ambiental, porque todo lo que se ha dicho es que se va a respetar el medio ambiente, pero no podemos simplemente confiar en las palabras, qué clase de estudio lo avalará y cómo van a mitigar ese impacto”, cuestiona el experto y agrega que un proyecto de las magnitudes anunciadas definitivamente afectaría no sólo a este tipo de murciélago, sino a especies en peligro de extinción como jaguares, tapires y jabalíes de labios blancos, entre otras.
“Tenemos mucho que aprender de los murciélagos pues buscamos aprendizaje en otros puntos del Universo, pero poco sabemos del fondo de nuestros mares y de muchos animales que habitan los ecosistemas terrestres, como los murciélagos, cuya presencia siempre va a reflejar un beneficio en un ecosistema y en nuestra vida cotidiana”, concluye.