Fotos Andrea Jiménez
Monterrey, NL.-
Entre vendedores ambulantes y simpatizantes que cargaban pancartas de apoyo, en una nueva visita a Nuevo León por su gira de agradecimiento, el presidente electo Andrés Manuel López Obrador, dijo querer a los neoloneses como ellos lo quieren y un ‘poquito’ más.
La cita con el ‘hijo predilecto de México’, como le llamaba el animador al tabasqueño, estaba pactada para las 17:00 horas, pero AMLO llegó casi con media hora de retraso y comenzó su discurso 60 minutos después del tiempo pactado, portando una chamarra de los Sultanes.
Antes de subir a la tarima donde ya lo esperaban diputados locales, federales y dirigentes de Morena, Andrés Manuel se dio el tiempo para saludar a su pueblo, mismo que ya lo esperaba con algunas pancartas en donde pedían ayuda o exigían resultados respecto a los compromisos de campaña.
Al ‘peje’ nadie le reprochó algo, pero a quien si le llovió fue al gobernador del Estado, Jaime Rodríguez Calderón, pues al llegar a la Macroplaza, buena parte de la multitud le gritaba “fuera”.
Aunque había una gran barricada, la gente hacía lo posible por saludar a su próximo presidente y forcejeaban entre sí para lograr tener una fotografía con el ‘político del pueblo’.
Una vez llegando al presidium, la proxima coordinadora de los delegados, Judith Diaz, le dio la bienvenida a nombre de todos los presentes y después de eso le solicitó que diera su discurso de agradecimiento ante los neoloneses.
Los organizadores le habían preparado un lugar para que recitara su discurso, pero AMLO no quiso seguir el protocolo y solicitó que le pasaran el micrófono.
Sin embargo, el cable estaba enredado y en un acto de humildad, el ‘Bronco’ se ofreció a desatarlo y para que el futuro presidente de la nación pudiera hablar ante su pueblo.
Ya en su discurso, Andrés Manuel prometió ayudar al pueblo de Nuevo León y acabar con la corrupción, pues si termina con ese mal que aqueja a los mexicanos, podrá cumplir con sus compromisos y ayudar a la gente.
“vamos a acabar con la corrupción, me canso ganso.
“No le voy a fallar al pueblo de México, quiero pasar a la historia como un buen presidente”, expresó como ya es de costumbre en sus manifestaciones.
Recalcó que echará abajo la reforma educativa y reactivará las refinerías del país; también que le dará un trato especial al Estado porque esta es una región generadora de empleo para muchas personas de otras entidades, hasta para sus ‘paisanos’ tabasqueños.
En la efuria de los aplausos que ofrecía la muchedumbre, mismos que iban acompañados de una mirada de empatía, se apreciaba la esperanza que el pueblo depositó en el tabasqueño.
Después de 40 minutos de repetir sus promesas, exhortó a la gente a la reconciliación y a trabajar de la mano con los tres niveles de gobierno para lograr el cambio tan esperado: la cuarta transformación de México.
Mientras todo lo anterior ocurría, las corporaciones policíacas resguardaban las calles aledañas y los vendedores ambulantes hacían su agosto en pleno Ignacio Zaragoza sin que alguien les dijera nada.