El que mata la vaca, como que el que le agarra la pata. Ese es un dicho popular que nos viene bien para ejemplificar el tema sobre la venta de plazas magisteriales.
¿Qué hace tan codiciada una plaza dentro del la Secretaría de Educación?
Sé de casos de familias pobres que se las arreglan de alguna manera para reunir miles de pesos con tal de pagar a alguien que le ayude a tramitar una plaza magisterial.
Al escuchar sus razonamientos y sobre todo, al ver las condiciones en las que sobreviven donde 20 mil pesos son la solución a meses de alimentación para la familia ¡y ya ni se diga cien mil pesos!, sólo me hace pensar que más que nunca en Tamaulipas nos queda como anillo al dedo el slogan de los tiempos echeverristas.
El ex presidente decía: “La solución somos todos”, pero los mexicanos a todo le encontramos el chiste y la oportunidad y lo transformamos en “La corrupción somos todos”.
Por ello no basta decir que se perseguirá y sancionará a quien participe en la venta de plazas magisteriales, también se hace necesario hacer una revisión de cómo los ciudadanos contribuimos para que haya gente haciendo negocio con nuestra necesidad de contar con un trabajo seguro.
Una plaza magisterial es codiciada porque hay ingresos estables, vacaciones pagadas y cuando llegue el momento del retiro, una pensión, además de otras prestaciones.
Es el boleto a tener una vida más o menos económicamente resuelta, por eso hay familias que no les importa endeudarse con tal de obtener un lugar en esa nómina.
Y cuando de ello se trata, de nada vale la vocación profesional y el sentirse bien con su desempeño, lo único importante es asegurar los pagos quincenales.
¿Así como queremos que la educación en nuestro país y en Tamaulipas mejore?
Lo penoso también es que a los jóvenes los vamos haciendo partícipes de esa forma de resolver los problemas económicos, los volvemos parte de esa maquinaria corrupta y les eliminamos las posibilidades de esforzarse por alcanzar un espacio laboral en base a su desempeño y capacidad.
Las personas que hicieron guardia ante el domicilio de la vendedora de plazas magisteriales deberían admitir su culpabilidad en los hechos.
Si no hay corruptor, no hay corrupto, y por lo tanto no hay corrupción.
Pero de alguna manera nos vamos sumando a ese entramado de complicidades donde nadie está exento de responsabilidad.
¿Cuántas Nelly García Blanco habrá en Tamaulipas?
Muchísimas más, muchos hombres y mujeres coludidos en este delito de venta de plazas.
Y por más concursos que haya para asignar las plazas magisteriales no serán suficientes para frenar la corrupción.
El problema en México y Tamaulipas es mucho más complejo y está relacionado con años de uso discrecional del dinero público y la ausencia de sanciones a quienes cometen este delito.
CIP EN TAMAULIPAS
Se anuncia que la Secretaría de Turismo a través del Fonatur presentará en unos meses más las licitaciones para el Centro Integralmente Planeado, CIP, que se establecerá en Soto la Marina.
Actualmente Fonatur trabaja en un CIP en Escuinapa, Sinaloa.
Según se dice la idea es empujar el proyecto de La Pesca para que se convierta en un polo de desarrollo turístico, esperemos que si se concreta el dinero se quede en Tamaulipas y sirva para fortalecer la economía de los habitantes de Soto la Marina y los tamaulipecos.
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