La frase la tomo de Felipe González, ex presidente español que llegado el momento tuvo la sapiencia de detener el paso, reflexionar y decírsela a sí mismo y a quien lo escuchaba, supongo para pegar la retirada de la vida pública y evitar contaminar los procesos políticos en su país.
Así debe verse en estos momentos la dirigencia del PRI tamaulipeco, dubitativa, indecisa, apesadumbrada, porque ya no sabe si es la solución, o el problema.
Porque para abonarle a la desazón, su dirigente estatal, Yahleel Abdala, se le ocurrió la brillante idea de lanzar un spot con la frase “El PRI de Tamaulipas no se raja”.
Frase que ha servido para mofarse y generar un video transmitido por un programa en Imagen Televisión, que no sé si sea cómico, político o qué, un híbrido raro donde sus conductores, uno por cierto, hermano de Luis Videgaray (el ex secretario que “llegó a aprender a Relaciones Exteriores”), quienes unieron imágenes de ratas, muchas ratas, con políticos en desgracia, para ilustrar el nuevo y malogrado spot. Carcajeándose a más no poder de la ocurrencia de los priistas de Tamaulipas.
El PRI nacional y todos los estatales, sus dirigencias, encabezadas por una mujer unida desde antes de nacer al poder político, y otra mujer muy limitada en cuanto a su identificación con el partido que la hizo candidata en Tamaulipas, recordemos su declaración ante algunas periodistas en Ciudad Victoria, que durante su campaña a la senaduría rechazaba usar los colores del PRI en su propaganda, “porque no creía en partidos”.
Paradojas de la vida, ahora es ese partido el que la cobija y le da de comer.
Si ese es el nivel de compromiso de la dirigente estatal, se entiende por qué un simple spot la puso contra la pared. Si ella misma renegó de los colores del partido que la hizo ocupar cargos importantes en la política sin tener ni la experiencia, ni la militancia, qué resultado se puede esperar de la elección intermedia donde se definirán las diputaciones locales, si ni hacer un spot le sale bien.
Esta elección es sumamente importante, por todo lo que está en juego.
Podría constituirse en la lápida definitiva del PRI, que no trae todas consigo para mantener el registro en Tamaulipas.
También será la prueba de fuego para Los García, que encabezan el panismo en la entidad, si pierden el congreso local será su debut y despedida en la gubernatura.
En cuanto a Movimiento Ciudadano todavía no termina de cuajar su propuesta entre el electorado, aún requiere de alianzas y ayudas para alcanzar su mínimo de votación y asegurar algunas posiciones.
Pero Morena tampoco la tiene fácil, a nivel Tamaulipas no han logrado consolidarse como partido, las heridas que dejó la selección de candidatos en la pasada elección puede pasarle la factura a la cohesión que deberían mostrar de cara a la renovación del congreso local, porque de ello dependen lo siguientes movimientos para elegir alcaldías, diputaciones federales y gubernatura.
Las cabezas más visibles de Morena, Américo Villarreal, José Ramón Gómez (a quien ya le están poniendo la camita para que caiga del puesto de súper delegado federal
relacionándolo con el huachicoleo), y Héctor Garza, Jefe de la Unidad Administrativa de la SEP federal, ¿tendrán la humildad requerida para conjuntar esfuerzos?
Creo que para todos; todas las cabezas de partidos en Tamaulipas, este es el momento de que reflexionen y piensen: ¿Son la solución o el problema en sus institutos políticos?
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