“Todo estaba fríamente calculado”, frase célebre del Chapulín Colorado. Y esa estrategia se está aplicando en los primeros dos meses y días de la presidencia de Andrés Manuel López Obrador, con la pensión universal para los adultos mayores de 65 años a partir del primero de enero.
Ese apoyo que López Obrador hizo realidad en la capital del país seguramente tendrá un efecto multiplicador en votos a su favor dentro de cada familia cuando se convoque el referéndum para la revocación de su mandato en 2021, una vez aprobado por la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Ayudar a las personas de edad avanzada con pensiones de miseria del IMSS o ISSSTE, programa social que se aplicó cuando fue jefe de gobierno de la Ciudad de México entre 2000 y 2005, aseguró victorias al hilo a su ex Partido de la Revolución Mexicana (PRD). Y después a MORENA.
La pensión universal se está repitiendo ahora a nivel nacional, y la cosecha de votos para MORENA en cinco Estados donde habrá elecciones este año, seguramente será abrumador y podría arrebatar las gubernaturas de Baja California y Puebla.
López Obrador lo tenía fríamente calculado desde la campaña porque la cobija del presupuesto iba a alcanzar para eso y más, sobre todo por el combate a la corrupción, los recortes a salarios y prestaciones, así como la eliminación de seguros de gastos médicos y demás lujos de sexenios pasados.
En cada familia, de millones de mexicanos, habrá uno que seguramente no le dio su voto el primero de julio pasado, pero que seguramente cambió de opinión cuando su madre o su padre, ancianos y con pensiones de miseria, recibieron los primeros mil 300 pesos mensuales prometidos por él.
Conozco dos casos en Monterrey y Reynosa. El primero, de una señora que a los 80 años recibía migajas de la pensión del IMSS de su esposo fallecido de apenas mil 500 pesos mensuales, y que acaba de ver en su cuenta bancaria un depósito con el doble correspondiente al apoyo de enero y febrero.
La hija de la viuda beneficiada, quien no votó por López Obrador, solamente sonrió cuando supo la noticia. Con disimulo esbozó un gesto de felicidad porque su mamá tendrá un poco más de dinero en la Cuarta Transformación.
En el segundo caso su hijo me contó: “Hace días mi mamá que vive en Reynosa (también viuda) recibió en su tarjeta 2 mil 600 pesos y no había votado por López Obrador. Ahora seguramente su opinión hacia él va a cambiar”.
Serán más de 8 millones y medio de adultos mayores sin afiliación partidista y sin intermediarios -los directamente beneficiados a través de una tarjeta bancaria-, los portavoces de que un presidente sí cumplió sus promesas.
Focos rojos en tiempos electorales para los otros partidos (sobre todo PRI y PAN) que tuvieron su longeva oportunidad. De 88 años prometiendo lo mismo, pero sin cumplir.