Acapulco, Gro. / Oct. 8
Félix Salgado Macedonio se desmarca de la derrota electoral en este puerto, el principal polo económico de Guerrero: “Que no anden buscando quién es el más tontito para echarle la culpa, el pueblo votó por la esperanza”.
El edil de Acapulco —otrora diputado y senador, protagonista de escándalos en los plenos legislativos y amante de las motocicletas y hasta actor— acepta que la confrontación entre Andrés Manuel López Obrador y Nueva Izquierda provocó la derrota del perredismo guerrerense.
Ha terminado una reunión con el gobernador Zeferino Torreblanca. “Ahí te dejo para que atiendas a la prensa”, le dice el mandatario, y Félix —de guayabera a manga larga, pantalón oscuro y tenis— obedece.
Dicharachero y coquetón, admite en entrevista estar triste por la derrota, pero que “cualquiera se prepara para la otra. Lo bueno es que fue una elección de terciopelo, no hubo muertos ni sangre y por eso estoy satisfecho”.
No se cansa de rechazar que sea el responsable de la derrota del PRD en Acapulco, insiste en que es resultado de la confrontación en las cúpulas y esboza: “Es como un parto, todo debe fluir de manera natural, pero cuando el niño viene con el cordón enredado al cuello las cosas se complican. Nada es a la fuerza”.
—¿Le duele la derrota?
—Me duele en el alma, porque yo soy de convicción, pero también soy un gobernante que entiende su papel y a mí no me preguntaron para elegir candidato, que me pregunten de a dónde se orientó la obra.
Aquí el perredismo era gobierno desde hace casi nueve años; se consideraba su principal bastión después de la ciudad de México, pero el PRD se dividió, entre otros factores, por la supuesta imposición que hizo el gobernador Torreblanca de Gloria Sierra como candidata del PRD.
Y justifica: “El gobernante no debe forzar parte de una elección, las elecciones deben estar en manos de la gente y los organizadores son las autoridades electorales y los participantes son los partidos, no lo gobernantes”.
—¿Los ciudadanos calificaron su gestión?
—En la boleta no va la calificación de un gobierno, la gente no vota por un pasado presente del que soy parte, la gente vota por un presente futuro, por los candidatos no por los gobiernos. Cuando se gana todos se pelean para colgarse la medalla.
—Pero la gente calificó su gestión en las urnas, se le insiste.
—No digas cosas que no son.
—¿Cómo se puede lograr la reunificación del partido?
—Es un pleito allá arriba, Encinas-Chucho, que es irreconciliable, impacta mucho en estados y municipios. Tenemos un líder moral, un presidente legítimo, un gran movimiento nacional pero dividido y esto puede ir disminuyendo al partido.
Se declara listo para analizar la elección con el gobernador y la dirigencia nacional del PRD. “Yo no tuve nada qué ver en esta elección, a mí no me eligieron, a mí ya me eligieron hace tres años, y me dieron la responsabilidad de gobernar este puerto”.
—El gobernador ya asumió su responsabilidad en este resultado electoral, se le subraya.
—Aaaaah, orales, la que me toca también échenmela y al final de cuentas si la culpa es mía yo me la echo solito. ¿Entonces soy el culpable de que se perdió en Iguala, Altamirano, Arcelia, Acapulco, Zihuatanejo y síguele contando? La gente no votó por mí.
Dice que seguirá siendo perredista y que al terminar su gestión se le verá otra vez en camionetas amarillas y con banderas.
Y ahí, en la puerta del hotel más lujoso de Acapulco, sonríe, saluda a los amigos e invita a comer tacos…
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