La marcha en la CDMX para protestar por los actos de gobierno del presidente López Obrador, en mí opinión sirvió para dos cosas: una, que algunas voces expresaran su desprecio por quienes votaron por él, y la otra, cimentar las posiciones encontradas que de paso van a influir en las elecciones que habrá en 6 estados el próximo 2 de junio, Tamaulipas entre ellos.
Obvio que lo anterior es motivo de preocupación para el PAN, PRI, PRD , M.C, PT y el Verde, por ello toman providencias sobre todo los azules que en el caso de Tamaulipas, son los que en teoría tienen más probabilidades de obtener la mayoría en el Congreso del Estado.
Y dentro de las prevenciones azules está la presencia de la alcaldesa Maki Ortíz, en las campañas de los candidatos panistas que andan tras las 4 diputaciones locales que corresponden a Reynosa, que aunque fue en domingo y ella permaneció silente, fue evidente la intención y el motivo de mortificación.
En síntesis, las protestas no deben ser desdeñadas por el presidente AMLO con todo y haber resultado insignificantes para el objetivo anunciado: hacerlo renunciar, pero una inconformidad sino se atiende tiende a crecer, finalmente los fifís también lloran y como contribuyen para con los gastos públicos tiene derecho a protestar y a ser escuchados.
En lo que corresponde a Tamaulipas, el desaire al AMLO RENUNCIA fue casi absoluto, en Cd. Victoria solamente unas 50 personas frente al palacio de gobierno del Estado acudieron al llamado, un indicio que revela que por ésta entidad no hay furor y por añadidura se va a reflejar en las urnas el próximo 2 de junio.