México, D.F. / Oct. 11
El reloj avanza, pero los autos no. Tiene media hora para llegar a su destino y está a la mitad del trayecto. La desesperación lo invade y comienza a tocar el claxon; entonces, la reacción en cadena: los automovilistas a su alrededor comienzan a imitarlo.
Apenas avanza unos metros y llega el consuelo. Piensa que seguramente hubo un choque o un auto se descompuso, pero una vez más los autos se detienen y se repite la escena.
Después se entera que los semáforos funcionaban bien, no hubo percances de ningún tipo, pero sí, obras que reducen los carriles de circulación y manifestaciones que obstruyen las principales avenidas…
Para hombres y mujeres en edad productiva, conducir en la ciudad se traduce a lo largo del día en dolor de cabeza, desesperación, fatiga, tensión muscular e irritabilidad, sin entender por qué.
Este hecho incrementa el estrés, lo que provoca esos malestares, además de afectaciones físicas como irritación de los ojos, gastritis o catarro alérgico, entre otras.
Angélica Huitrón, subdirectora de Atención Hospitalaria de la Secretaría de Salud del Distrito Federal, explicó que durante los embotellamientos las personas experimentan momentos de ansiedad que pueden provocar desde jaquecas hasta fuertes alteraciones de los sistemas cardiovascular y nervioso.
Según estadísticas de la dependencia, en 2001 la incidencia de muerte por ataques al corazón entre los capitalinos era de 100 por cada 100 mil habitantes, cifra que se incrementó para 2007 en 136%, dado el reporte que señala que 236 personas perdieron la vida por esa causa.
El estrés que produce vivir en las grandes ciudades incide también en el aumento de suicidios, señaló la especialista.
Además de que aumenta la hostilidad de las personas, “esta irritabilidad repercute en las relaciones sociales y laborales, por lo que los empleados rinden menos y se deteriora su calidad de vida. Los años saludables son cada vez menos”.
En la Secretaría de Salud local en los periodos de altos índices de contaminación aumentan las consultas médicas cuyas causas son padecimientos respiratorios como el asma, bronquitis crónica o rinitis alérgica, además de la gastritis y en menor medida las molestias causadas por el estrés.
El envejecimiento prematuro de la piel es otro de los efectos de la polución.
De acuerdo con la Secretaría de Medio Ambiente del Distrito Federal, en los últimos años la velocidad promedio de los vehículos en la zona metropolitana disminuyó al pasar de 20 a 12 kilómetros por hora.
Las causas son la incorporación de 200 mil autos nuevos cada año a los más de 4 millones de automóviles que circulan diario en el Distrito Federal.
¡Por fin! El conductor logró llegar a su destino, pero prepárese porque mañana podría repetirse el mismo episodio, toda vez que el Distrito Federal es escenario de 2 mil marchas al año, y en la actualidad el gobierno capitalino realiza 94 obras viales que interrumpen la circulación.
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