Especialistas derriban tabúes que se relacionan con la obesidad al citar que ésta no es privativa del sobrepeso ni de los que tienen morbilidad, sino que también afecta a personas aparentemente sanas y atléticas.
Reynosa, Tam.-
Alejandro Gómez Luna, doctor que atiende el control de peso en México, habló sobre la importancia de conseguir un buen diagnóstico para brindar un tratamiento efectivo a los pacientes.
El médico internista, clínico docente y protocolista, reconoció que no es tan simple abordar a una persona con obesidad porque ésta puede tener un origen multifactorial que se involucra a nivel molecular. Por eso insiste en dar un tratamiento adecuado para tener un éxito terapéutico con el paciente.
“Es muy conocida esa fórmula antropométrica donde nos decían que había que multiplicar la talla por el metro cuadrado y hacer una división entre el peso y los kilogramos para obtener el índice de masa corporal, que si excede de ciertos umbrales podremos estratificar la obesidad”, dijo.
El especialista dictó el tema “Repensando la obesidad”, el 30 de agosto a las 10:30 horas dentro del VII Congreso Regional de Medicina Interna, realizado en el Instituto Politécnico Nacional.
AHÍ ESTÁ EL DETALLE
El ponente del Colegio de Medicina Interna de Reynosa, A.C. ponderó que los médicos reciben constantemente en sus consultas casos de sobrepeso y obesidad, pero no necesariamente todos son lo que aparentan.
“¿Cuántas ocasiones hemos visto llegar pacientes gordotes y pensamos que al revisarles la presión arterial y su función hormonal; que al hacerles un trazo ecocardiográfico, un examen de lípidos y constantes de control glucémico van a estar disparadísimos?, seguramente muy mal; y, sorpresa, se encuentran más sanos que usted y yo juntos.
“Pero luego llegan flaquitos que ni panza tienen y nos atreveríamos a decir que están atléticos. Vemos su curva de tolerancia de la glucosa, su electro dinámico en reposo, su hemoglobina glicosilada, sus lípidos, su presión arterial, una serie de valores que hacemos y nos encontramos que están recalcitrantemente diabéticos, con disfunción hormonal y un trazo electrocardiográfico aberrante y dislipidemia.
“Y entonces ¿por qué el gordito no presentó eso y el flaquito atlético sí tuvo ese tipo de alteraciones?, pues precisamente por la lipotoxicidad en el mal funcionamiento del llamado órgano-grasa y también por las señalizaciones que se están generando para el balance del apetito y la saciedad en ese paciente”, explicó.
Por eso el médico detalló que no se tiene que estar gordo para llegar a etapas de obesidad como tal y hay otros escenarios a los que se debe prestar atención, porque no necesariamente la obesidad está localizada en los depósitos superficiales de grasa y los tejidos subcutáneos, sino también en las áreas viscerales, intraabdominales e intracavitariamente.
“Esto quiere decir que algunos pacientes tienen su adipocito con una tasa metabólica de intercambio muy acelerada, haciendo un descontrol metabólico, no así como la grasa de depósito, que es otro territorio que está en reposo. Esta lipotoxicidad hace que las personas puedan tener disfunción metabólica”, compara.
El especialista explicó que la obesidad está asociada a la aparición de carcinomas inducidos por una ingesta desmedida, desbocada y una señal de saciedad no controlada.
“Porque la gente está comiendo de más, despertando señalizaciones bioquímicas equivocadas haciendo que el adipocito o las grasas se estén transformando en un catabólico”, mencionó.
Por ese motivo, la obesidad tiene esa calificación de enfermedad, ya que antes se dudaba que pudiera ser ésta un estado patológico, pero no solamente basta catalogarla, sino identificarla adecuadamente para poder ayudar mejor a los pacientes.