TEGUCIGALPA, HON.-
El secuestro de dos hondureños, padre e hijo, realizado en Nuevo Laredo, Tamaulipas, por un grupo de la delincuencia organizada, se sumó a unas 16 mil agresiones sexuales, físicas y psicológicas y otros delitos contra migrantes irregulares de Honduras a su paso por suelo mexicano, confirmaron este jueves fuentes oficiales y familiares de las víctimas en Tegucigalpa y Estados Unidos.
En otra alerta de maltratos a centroamericanos en México en su travesía a EU, las autoridades diplomáticas de Honduras expresaron inquietud por los secuestros del hondureño Ricardo Stewart y de su hijo Cristhofer.
La noticia del caso fue difundida por familiares de ambas víctimas, al pedir colaboración monetaria porque deben reunir 7 mil dólares por cada uno como pago de rescate exigido por delincuentes que surgió a finales del siglo XX entre desertores militares mexicanos y expandió actividades a extorsión, secuestro y otros crímenes, como “coyotaje” o tráfico de personas.
“Es una situación muy delicada”, describió el hondureño José Stewart, hermano y tío de los secuestrados, en una conversación telefónica desde Estados Unidos este jueves con EL UNIVERSAL.
“No quiero dar declaraciones porque están en riesgo las vidas de mi hermano y de mi sobrino. Los criminales en México no se tocan el alma para matar y degollar a cualquiera”, añadió, al aclarar que “no he puesto ninguna denuncia formal”.
“Tratamos de recaudar el dinero entre amistades en Honduras y en EU”, narró, para limitarse a confirmar que el secuestro ocurrió el miércoles anterior y que “estoy en contacto” con las personas que tienen a sus parientes en su poder. “Son las que me llaman para negociar”, contó, sin dar detalles sobre los secuestradores.
El caso se convirtió en uno más de las agresiones a hondureños en México, en un fenómeno que, desde finales del siglo XX, llevó a los gobiernos de turno de Honduras, El Salvador y Guatemala, como países que son la principal fuente de las corrientes migratorias a EU, a denunciar los maltratos a migrantes centroamericanos al transitar por territorio mexicano.
El embajador de Honduras en México, Alden Rivera, confirmó ayer al diario La Tribuna, de Honduras, que “en las diferentes fiscalías de los estados (mexicanos) donde tenemos un movimiento migratorio importante de hondureños, tenemos alrededor de 16 mil carpetas de investigación abiertas derivadas de delitos cometidos contra población migrante hondureña”.
Rivera no respondió las llamadas de este periódico para obtener una confirmación independiente de sus datos.
La violencia contra migrantes irregulares centroamericanos en México se agravó desde que, en junio pasado y por presiones de Estados Unidos, el gobierno mexicano desplegó a miles de efectivos de la Guardia Nacional para reforzar sus controles fronterizos e impedir el tránsito de viajeros que, sin visa ni otros documentos, pretenden llegar a suelo estadounidense.
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