COMITÁN, CHIS.-
“Los migrantes no vienen a conocer o pasear, vienen por necesidad. Si ellos salen de sus países es por necesidad, arriesgando sus vidas”, dijo la hondureña María Elizabeth Martínez Castro, una de las 45 mujeres que integran la XV Caravana de Madres Centroamericanas de Migrantes Desaparecidos 2019, que arribó el lunes a Comitán, como parte de su recorrido por 18 días por territorio mexicano.
En la plaza central de la localidad, la hondureña le habló a su hijo Marco Antonio Amador Martínez, originario de Tegucigalpa, que en febrero del 2013 salió su hogar, como si lo tuviera frente a ella, para decirle que ahora la niña que dejó “ya es una cipota” (jovencita) que hace unos días terminó la primaria y con la ayuda de su abuela y tíos la van a apoyar para que continúe con sus estudios de secundaria. “Te estás perdiendo verla crecer la niña que dejaste cuando vos te fuiste”.
La madre comentó que viene en representación de ocho mujeres de Honduras, que por falta de recursos no pudieron integrarse a la caravana y que también tienen a sus hijos desaparecidos en México, en su tránsito hacia los Estados Unidos.
Agregó que los centroamericanos que llegan a este país, “necesitan de apoyo y ayuda” de las autoridades y de la sociedad civil, porque “no vienen a conocer o pasear”, porque “si ellos salen de sus países es por necesidad”.
Lamentablemente, muchos de los migrantes que usan el territorio mexicano para llegar a los Estados Unidos, son interceptados en el camino por los criminales para usarlos para traficar drogas y otros son víctimas de robo.
A siete años de la desaparición de Marco Antonio Amador Martínez, que en Tegucigalpa, trabajaba como chofer de taxi, su madre apeló a las autoridades y la sociedad civil para que los migrantes que pasan por territorio mexicano, “en vez de que verlos mal”, los ayuden y tiendan la mano, porque “mi hijo no sé cómo está ahora. Pido a quién lo vea por ahí, que le diga que yo lo extraño, que yo lo amo”.
Las integrantes de la caravana ofrecieron una conferencia de prensa, en el auditorio del Centro Cultural Rosario Castellanos, donde Lucy Contreras, del Comité de Migrantes Fallecidos y Desaparecidos de El Salvador, informó que la organización que encabeza fue la primera que se fundó en su país, en el 2006 y 13 años después, se cuenta con un banco genético que se ha conformado con la ayuda del Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF).
Contreras, que encontró a su hermano fallecido en Tapachula, consideró que las pistas que aporte la sociedad civil para conocer el paradero de alguna persona, “son importantes, para tratar de dar con el paradero de los desaparecidos”.
Explicó que “lamentablemente”, los nicaragüenses, salvadoreños, hondureños y guatemaltecos “no tienen otra opción que recorrer México y este es paso para ir a los Estados Unidos y por eso desde hace 15 años se realiza la caravana para buscar a los desaparecidos.
Y aseguró que “es importante” que en esta búsqueda se involucren las autoridades, así como los cuerpos diplomáticos acreditados en México, porque ellos tienen datos de los centroamericanos que han sido detenidos en las cárceles y “ese apoyo solo ellos nos los pueden dar”.
Dio a conocer que con la ayuda del EAAF, se han realizado 950 perfiles genéticos de los desaparecidos y en 15 años han sido identificados 343 casos a través de las pruebas de ADN y 49 migrantes han sido localizados con vida.
En esta ocasión la caravana es acompañada por un grupo de seis observadores de Italia y España.
En la plaza central, integrantes de la sociedad civil ofrecieron una recepción a los integrantes de la Caravana y ahí cada una de las 45 mujeres y cinco hombres que integran la Caravana, expusieron sus casos.
Los integrantes de la caravana pernoctaron en Comitán y el martes parten hacia San Cristóbal de las Casas, para luego proseguir hacia Tuxtla y de ahí a Coatzacoalcos, Veracruz.