GUATEMALA, GUA.-
Estados Unidos inició este jueves con Guatemala el desarrollo del primero de los tres programas de tercer país seguro que firmó este año también con El Salvador y Honduras, para recibir temporalmente a miles de indocumentados de América Latina y el Caribe, mientras las autoridades estadounidenses definen si otorgan o rechazan sus peticiones de asilo.
Acogido al plan que Washington y Guatemala suscribieron en julio de este año y que fue el primero de los tres, un hondureño llegó en avión procedente de Estados Unidos al Aeropuerto Internacional La Aurora, de la capital guatemalteca, y obtuvo los documentos para permanecer en esa nación y esperar una respuesta estadounidense a su trámite de asilo.
Aunque el hondureño decidió retornar a su vecino país, su caso marcó el inicio de lo que se prevé será una masiva llegada a Guatemala, El Salvador y Honduras de migrantes que pidieron asilo en Estados Unidos, pero que serán enviados a esas tres naciones que los acogerán temporalmente, para aguardar la respuesta estadounidense.
El indocumentado recibirá albergue y apoyo para su traslado por parte de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
Tras garantizar el respeto a los derechos humanos de los migrantes, el ministro de Gobernación de Guatemala, Enrique Degenhart, declaró que “a partir de la semana entrante vendrán más personas” y reafirmó, pese a las pugnas internas sobre su legalidad, que el programa cumple con las leyes guatemaltecas.
La meta es “perseguir y desarticular” a las redes criminales transnacionales de traficantes de personas, adujo el secretario.
Cada Acuerdo de Cooperación sobre Asilo (ACA, por sus siglas en inglés) fue suscrito por la Unión Americana por aparte con las tres naciones centroamericanas. Washington los firmó en septiembre pasado con Honduras y El Salvador.
Guatemala recibirá a salvadoreños y hondureños. De manera extraoficial, y sin confirmación, trascendió que Honduras acogería a nicaragüenses y cubanos. No hubo detalles de las nacionalidades que llegarían a El Salvador.
Los planes de país seguro generaron controversia porque Guatemala, Honduras y El Salvador, con cifras oficiales de más de 25 mil 746 homicidios en 2017 y 2018, o más de 35 al día, están entre las naciones más violentas e inseguras del mundo y son la fuente principal de una masiva migración a Estados Unidos.
En desafío a la política antiinmigrante del presidente Donald Trump, miles de hondureños, guatemaltecos y salvadoreños iniciaron, en octubre de 2018, una oleada de caravanas de migrantes que, a pie y sin visa, pasó del norte de Centroamérica a México para llegar o acercarse a la frontera con la Unión Americana. Estados Unidos reveló el martes anterior detalles de la política de asilo que aplicará en esos países que forman el Triángulo Norte de Centroamérica.
Entre otros pasos, el plan definió que un extranjero sujeto al ACA que pida asilo en Estados Unidos será expulsado a algún país del Triángulo, donde accederá a un proceso para definir su reclamo de protección.
En un comunicado, el Alto Comisionado de la Organización de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) expresó “serias dudas” sobre esa política, y advirtió que es “un enfoque contrario al derecho internacional, que podría dar lugar al traslado de personas muy vulnerables a países donde sus vidas podrían correr peligro”. Reveló que solicitó informes a los tres gobiernos sobre sus planes para ejecutarla. La (estatal) Procuraduría de los Derechos Humanos de Guatemala pidió al gobierno ofrecer “condiciones adecuadas para su permanencia” en el país a las personas que se acojan al plan.
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