México, D.F.-
Un total de ocho osamentas de individuos adultos y cinco de niños, de aproximadamente mil 500 años de antigüedad, fueron encontradas por especialistas del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en el municipio de Villa de Álvarez, Colima.
El hallazgo realizado en las últimas semanas por el Centro INAH Colima evidencia el desarrollo de las civilizaciones prehispánicas que ocuparon este sitio durante las fases Ortices (600 a.C. a 0-100 d.C.) y Colima (400-600 d.C.), según su denominación dentro del desarrollo cultural del Occidente.
A través de un comunicado, el INAH explicó que los arqueólogos exploran una superficie de 10 hectáreas, en la que se excavaron 160 pozos de sondeo, 13 de los cuales se ampliaron a unidades de excavación mayor.
En cuatro de las hectáreas se recuperó material cerámico, vestigios de un horno de piedra y un alineamiento de adobe, enterramientos humanos y restos socios de perros, abundó.
La mayor parte de la cerámica pertenece al periodo Ortices, pero los entierros son evidencia de la reocupación del valle durante la fase Colima.
“Para estas etapas tempranas de ocupación sedentaria es difícil encontrar vestigios arquitectónicos bien conservados, aún así algunos contextos como los enterramientos permiten aproximarse a la vida cotidiana de quienes fueron los antiguos pobladores del valle de Colima”, explicó el arqueólogo Marco T. Zavaleta Lucido.
En una de las zonas arqueológicas se encontraron, a 30 centímetros de profundidad, alineamientos de piedra que fueron parte de los cimientos de una casa habitación. También se descubrieron restos óseos de tres perros, que acompañaron algunos entierros humanos.
También se halló un espacio reutilizado con fines funerarios, en el que se encontraron ocho osamentas de individuos en posición fetal, orientados al oriente, así como restos esparcidos de otras evidencias óseas, explicó el INAH.
Sin embargo, debido a la acidez del suelo, la mayoría de los entierros se encuentran en mala preservación, por lo que sólo se identificaron dos osamentas femeninas y una masculina, de individuos de entre 30 y 40 años, una edad avanzada para esa época, precisó.
En otra unidad de excavación, a 50 metros de distancia, se descubrieron cinco entierros en cistas de piedra, los restos pertenecían a niños de entre tres y 12 años, que colocaron de manera extendida y bocabajo.
Uno de los menores tenía un collar con cuentas de concha y 13 colmillos, al parecer de jabalí; otra de las evidencias óseas se encontró rodeada por piedras de un mineral rojo, que se enviará a un laboratorio, ya que si fuera cinabrio sugeriría un intercambio comercial de larga distancia.
Marco Zavaleta explicó que durante la fase Colima, la forma de enterrar a los muertos consistía en la elaboración de una cista de piedra, dentro de la se depositaba el cuerpo del difunto, que se cubría a su vez con metates y piedras.
Señaló que aún falta inspeccionar cinco zonas, por lo que el trabajo de reconocimiento continuará, con el fin encontrar más vestigios del temprano desarrollo que tuvieron las civilizaciones en el valle de Colima.
El INAH mencionó que en los últimos 27 años se llevaron a cabo más de 80 salvamentos arqueológicos en la zona, excavaciones que dieron cuenta de la ocupación humana en la época prehispánica.
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