Comondú, BCS / Oct. 15
La desgracia no es la misma cuando el lodo y las inundaciones arrancan lo que se tiene. A los pobres les quita todo, para otros la pérdida es menor en lo material. Así ocurrió con las víctimas del huracán ‘Norbert’ que mientras en Álamos, Sonora les llevó el horno, la sala o el comedor, en Puerto Chale, Baja California Sur, les quitó las casas de cartón, madera y lámina.
El presidente Felipe Calderón atestiguó la miseria en la que sobreviven los sudcalifornianos en Puerto Chale, una comunidad aislada donde se vive de la pesca del cayo de hacha y del camarón, pero a donde no llega la energía eléctrica y menos una carretera.
“¿Y aquí, cómo se entretienen?”, preguntó Calderón previo a salir del lugar, ante la inquietud en la forma de vivir de una comunidad en donde no se ven postes, calles ni pavimento.
Aquí, donde se busca paliar la tristeza y las pérdidas con unas láminas galvanizadas, el presidente Calderón prometió impulsar proyectos productivos, el turismo y analizar la posibilidad de electrificar.
La tragedia de la inundación pasó a segundo plano, la gente lo que pidió fueron casas y una carretera.
Horas antes, en el municipio de Álamos, escuchó las peticiones de quienes necesitan ayuda para limpiar sus casas y recuperar sus muebles. El lodo llegó y se metió hasta la cocina.
En este pueblo donde se convive con jubilados estadounidenses, el meteoro llenó a caudales el arroyo La Aduana y lo convirtió en un río que se llevó todo a su paso. Los autos quedaron enterrados, otros, abrazados a los árboles. Hace más de 140 años no se veía tragedia igual.
Cuatro personas murieron el sábado, cuando fueron sorprendidas por las lluvias que inundaron la zona centro de este Pueblo Mágico, catalogado así por autoridades de Turismo.
El lodo cubrió fachadas, marquesinas y cornisas coloniales con sus puertas de madera. Varias calles fueron semisepultadas por el lodo.
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