En este período de zozobra financiera, de especulación con el peso que motivó que los grandes capitales del país compraran todos los dólares que había en el mercado para pagar sus deudas y que ocasionaron el alza en el precio de la divisa estadounidense, todavía hay quien no se da cuenta que sus días de buena suerte están contados.
Recuerde que estamos en la ley de libre mercado, si sube la demanda de la moneda, se encarece y eso es lo que ocasionaron empresas como Cementos Mexicanos, Comercial Mexicana, Grupo Saltillo, Alfa, entre otras.
Esa especulación del peso les permitió a las empresas comprar dólares baratos, pero alguien filtró la información que propició la baja en las reservas y la afectación de la economía nacional.
Como ha ocurrido en otras devaluaciones son siempre los dueños del dinero quienes sacan el mayor provecho de las crisis financieras, ahora veremos si la Secretaría de Hacienda les aplica un correctivo. Aunque desde ahora les anticipamos que no habrá sanción para esos empresarios.
Pues bien, con ese panorama tan desolador, es frustrante ver que en Tamaulipas no se aprende de las lecciones y lo decimos por la pugna que hay al interior del equipo de trabajo del Gobierno del Estado que ha llegado incluso a la falta de respeto.
Hace unos días una persona del gabinete se atrevió a gritarle frente a su oficina a un secretario estatal, el motivo son las discrepancias provocadas por las elecciones venideras que subirán de tono conforme avance el sexenio a su final.
Por lo visto no aprendieron que si quieren conservar el poder es necesario trabajar, los días de la buena suerte pasaron, por si no se han dado cuenta, los que resultaron beneficiados en el reparto de puestos de primer y segundo nivel, en lugar dedicarse a hacer una labor que los lleve a repetir en sus cargos o a obtener otro espacio dentro del equipo siguiente, se la pasan de fiesta en fiesta y peleándose entre sí.
Recientemente en Tampico se celebró el inicio el Festival Internacional Tamaulipas, el evento fue tan exitoso que el festejo se prolongó hasta las siete de la mañana del día siguiente.
¿Nos preguntamos si así duran las celebraciones, pues a qué hora se gobierna el Estado?
En el país la situación es desoladora, y Tamaulipas no es la excepción, no se puede estar reinventando con cada nueva administración, se requiere continuidad en el trabajo, no en las complacencias, en las alianzas para negocios y los compadrazgos.
Se requiere compromiso con la entidad, y eso implica atender el problema que genera ya la baja en el envío de remesas al Estado por parte de los tamaulipecos que radican en Estados Unidos.
También la repatriación de los trabajadores que regresan a su Estado derrotados debido a la crisis financiera de Estados Unidos.
¿Para ellos habrá respuesta por parte del Gobierno del Estado y los empresarios para darles trabajo?
Otro de los factores que se deben considerar es la reforma a Petróleos Mexicanos que sin duda golpeará a Tamaulipas, así como la baja en el precio del energético en el mercado mundial.
Los recursos petroleros que ha recibido Tamaulipas por los excedentes del precio del barril serán los primeros que recortarán con la reforma a PEMEX y ¿para esa reducción estamos preparados?
La respuesta a todos esos cuestionamientos debería mantener ocupados a los miembros del gabinete e integrantes del equipo estatal, esa debería ser su ocupación, no las peleas internas que sólo ocasionan desgaste y chismorreo.
Y no hay que olvidar que un sexenio dura seis años, ni un día más, ni un día menos. Y la cuenta regresiva va a una velocidad de mil kilómetros por hora.
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