Si se hace una encuesta entre ciudadanos tamaulipecos, pocos, muy pocos conocerán que es el Itait, El Instituto de Transparencia y Acceso a la Información de Tamaulipas, y, sobre todo, lo más grave, no sabrán responder para qué sirve.
La ratificación por parte del Congreso local de los tres consejeros para que permanezcan inamovibles en sus cargos por muchos años más, es sólo un reflejo del desconocimiento que tenemos sobre el funcionamiento de este ente, que debería ser ciudadano y ciudadanizado.
Los tres personajes que recibieron la aprobación de los diputados, con el rechazo de algunos panistas (hasta en esto están divididos) son absolutos desconocidos.
Hasta ahora nunca se han presentado a dar un informe de sus actividades, el trabajo que realizan lo hacen en lo oscurito, contrario al espíritu que dio origen al Instituto Federal de Acceso a la Información, IFAI de quitarle los velos y la secrecía al ejercicio público.
La creación de los institutos estatales fue una manera de quitar trabajo al organismo federal y que la demanda de información y transparencia en las entidades federativas fuera resuelta por una oficina que funcionara similar al IFAI.
Pero en Tamaulipas el Itait es una dependencia más del gobierno del estado.
Mientras el IFAI critica hasta la falta de transparencia de Enrique Peña Nieto al presentar su declaración de bienes, el Itait en Tamaulipas pasa sin pena ni gloria.
A su alrededor es silencio sepulcral, absoluto.
Por ello surge la necesidad de que este ente que es pagado con recursos públicos sea integrado por ciudadanos, que sean electos abiertamente, que sus actividades se ciudadanicen y que sirvan para darle transparencia a todos los órdenes de gobierno.
La permanencia de los tres consejeros por otro periodo mas será hasta que venga otro gobierno con su grupo de favoritos, esa es la historia que se repite siempre.
Lo que no debe dejarnos impasibles es que los ciudadanos debemos exigir un Instituto de Transparencia y Acceso a la Información que sirva a la sociedad, que vigile el comportamiento de los funcionarios públicos y el funcionamiento de las dependencias, que rinda informes y que explique perfectamente cuánto se destina a la operación del Itait, porque la transparencia por la casa empieza.
OTRO HOMBRE
Estaba muy cantado que a la Comisión de Derechos Humanos de Tamaulipas no llegaría una mujer. Sigue la misoginia.
CONFUSION: ¿MONTERREY IV O VI?
Al leer las reacciones en torno a la construcción del proyecto hidráulico que fue autorizado por la Comisión Nacional del Agua lo primero que surge es una confusión, se llama Monterrey IV o Monterrey VI, revisando información al respecto encontré un estudio ambiental de la Secretaría del Medio Ambiente que lo llama Monterrey VI, mientras en notas periodísticas le asignan los dos números romanos al mismo proyecto.
Total, que el citado proyecto que llevará agua del río Pánuco hasta Monterrey, Nuevo León nació con dos nombres, hasta eso está raro.
Por lo pronto los gobiernos de Veracruz y de San Luis Potosí a través de diputados locales y autoridades, ya le dieron su bendición a este plan hidráulico que afectará a los residentes en Tamaulipas, Veracuz y San Luis Potosí.
Esas personas prefirieron someterse a una decisión presidencial, que defender los derechos de sus conciudadanos.
Veremos en los próximos días quién de Tamaulipas levanta la voz, para defender los intereses ciudadanos o para sumarse a las voces aprobatorias.
Me pregunto, qué van a decir autoridades y diputados tamaulipecos para defender lo indefendible, qué argumentos usarán para justificar una obra lesiva para el bienestar de la población del sur de la entidad.
Y luego no se explican por qué el PRI pierde en Tamaulipas cada vez más posiciones políticas.
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