El 2020 ha sido un pésimo año para el gobernador de Tamaulipas -me refiero en lo político y en lo administrativo para que los maliciosos no sonrían-, porque en otros rubros le ha ido a todo mecate.
Para como se vienen dando los hechos, el mandatario tiende a cerrar el calendario con más tropiezos debido a que la pandemia de coronavirus no cede en Tamaulipas, tanto así que obligó a la secretaria de Salud Estatal, Gloria Molina, a extender el período de emergencia sanitaria hasta el 17 de agosto, un traspié que se da cuando en la primer semana de agosto el gobernador reiteraba que Tamaulipas no se adhería al Insabi, como diciendo “no necesitamos guajes para nadar”.
Pero esos yerros ya traían como antecedente el mes de julio, donde por las redes sociales le pegaron más en broma que en serio por su súbito nuevo look lo que luego, como para enmendar el error, lo orilló a tomar la desesperante determinación de declararse infectado por el Covid-19, algo que las mayorías nomás no se tragaron y pues claro que cala en el ánimo de cualquier gobernante saber que no le creen, sobre todo en el de una persona en el que la petulancia es lo habitual.
¿Y POR QUÉ LA ESTÁ REGANDO?
Según los antiguos griegos, cuando se pasaban de lanza, los reyes eran castigados por los dioses con una enfermedad denominada Hibris que primero los hacía incurrir en actos de desmesura y al final los terminaba desquiciando, al despojarlos del control de sus impulsos, quedando a merced de un carácter irracional y desequilibrado, actitud que motivó un proverbio antiguo que reza: “Aquel a quien los dioses quieren destruir, primero lo vuelven loco”.
Y si bien al Comandante Azul no parece que ya se les están yendo las cabras, algunas de las decisiones que adopta son contrarias a la realidad.
Es evidente que a Tamaulipas le urge adherirse al Insabi, la prolongación de la cuarentena hasta el 17 de agosto es una prueba inobjetable de ello, pero él dice que no, y esos síntomas son señales inequívocas de que el Hibris comienza a ingresar a su cabeza.
Otro desajuste de la realidad que se advierte en el Comandante Azul es que sigue terco en cocorear al presidente López Obrador, que si no fuera porque todavía anda en el papel de evangelista ya le hubiera dado su estate quieto. Sin embargo, en lugar de valorar las señales preventivas como de concordias, se engalla y declara ante sus trompeteros de la adulación que la federación no ayuda a Tamaulipas.
Para remate, la Auditoría Superior de la Federación está esperando que el gobierno de Tamaulipas solvente en qué se gastaron más de mil millones de pesos del ejercicio 2017, y como cereza del pastel la sospecha de que forma parte del grupo de senadores a quien Emilio Lozoya Austin aceitó las manos con millones de pesos para que aprobaran la reforma estructural en el 2013.
Como se puede ver, son muchas broncas a las que se responde con malas decisiones, que cuando detonen, el Comandante Azul se dará cuenta de algo que ya todos ven por Tamaulipas, y eso es que estará solo, porque según las encuestas, si tiene una aprobación de entre el 40 al 45%, eso significa que a un 55 o 60% de los tamaulipecos les resultará indiferente su suerte, mientras que el resto no creo se vayan a rasgar las vestiduras por él.
Entretanto, el presidente AMLO sigue enviando mensajes de concordia a los gobernadores y anunció que se reunirá con ellos donde, anticipó: no esperen un encontronazo.
El problema es que hay gobernantes que ya muestran que el Hibris comenzó a apoderarse de ellos.
EL EFECTO LOZOYA POR TAMAULIPAS
Incuestionablemente la denuncia de hechos de Emilio Lozoya Austin, en la que describió el modo, forma, lugar, tiempo y circunstancias en que sobornó a senadores y diputados para que aprobaran la Reforma Energética en el 2013, va a tener sus efectos por Tamaulipas, pues, según los trascendidos, de los tres senadores tamaulipecos que hay, uno aparece en los videoclips de Lozoya Productions, que de ser cierto tendrá como consecuencia el desplome político del PAN por tierras cuerudas.
Por lo pronto Lozoya ya despepitó cómo estuvo ese asunto y quienes están involucrados, desde un expresidente hasta legisladores entre los cuales tres son gobernadores, lo que deja de manifiesto cómo el PRI y el PAN pactaban la entrega de gubernaturas, lo que ya es historia.
Lo presente es que está formalizada una denuncia en la Fiscalía General de la República y en el futuro inmediato podría resultar una cita para una entrevista entre el Ministerio Público y esa tercia de gobernadores panistas, que los lectores ya saben quienes son, pero para que luego no digan que en Aguacero les violaron las garantías del debido proceso no los mencionaré.
Ahora bien, la discusión es en qué delito incurrieron los sobornados. En el artículo 222 del Código Penal Federal se tipifica como delito de cohecho al servidor público que por sí o por interpósita persona solicite o reciba ilícitamente para sí o para otro, dinero o cualquier beneficio para hacer o dejar de hacer un acto propio de sus funciones inherentes a su empleo, cargo o comisión.
¡Moles!, ni para donde hacerse, pero antes la FGR con el auxilio de Lozoya primero tendrán que reunir pruebas para que luego escuchemos la sonora y popular frase de: “que pase el desgraciado”.
MORENA TRAS LA RETENCIÓN DE LAS PLAYAS
A principios del mes anduvo por Ciudad Madero, Armando Ramírez Cuéllar, presidente en funciones del comité ejecutivo nacional del MORENA.
Cuentan que platicó en petit comité con el alcalde maderense Adrián Oseguera Kernion, y obviamente no fue para decidir si se iban a comer al Pollo Marino o al Jardín Corona, por lo que hay quienes aseguran que Oseguera ya amarró la candidatura de la reelección para la alcaldía.
Si el edil logra retener la playa Miramar, tendrá los merecimientos para ser considerado como proyecto para la candidatura para gobernador en el 2022. Tiene lógica el plan, para el MORENA es crucial retener las playas de Matamoros y Madero, por lo cual nada extraño sería que también repitieran como candidato a presidente municipal a Mario López Hernández.
Fuera de lo anterior no trascendió que el dirigente morenista atendiera otros asuntos, como el vitalizar la anémica dirigencia estatal que nomás ellos saben sí están vivos o deambulan con el tubo de oxígeno. Mucho pero mucho trabajo tienen por delante como para hacer del MORENA una corriente política poderosa y que no se conforme con hacerle sombra al PAN.
Nomás que para ello tendrán que indicar quién es el que parte el queso por Tamaulipas, o lo que es lo mismo, quién es el que traza el rumbo hacia el 2021 y el 2022, mientras no tengan esa figura muy difícil será le tumben la hegemonía política al PAN, a no ser que estén esperando al derrumbe del Comandante Azul que por ya trae más picos que un zerrucho, cuentan que hasta de su sombra sospecha.
¿Y MAKI ORTIZ?
A la alcaldesa reynosense las aguas del Hanna le dejaron chamba y preocupaciones a granel, algo que obviamente la trae alejada de los reflectores políticos, pero aún así se está consolidando como prospecto para la candidatura a gobernador al igual que el alcalde tampiqueño Jesús Nader Nasrralah, al tiempo que Gerardo Peña Flores, con un trabajo aseado en el Congreso del Estado se suma a esa terna de prospectos panistas y con buenas características.
Y hasta la próxima.