México, D.F.-
Preservar la memoria fílmica nacional y mundial, así como promover la cultura cinematográfica en el país, fueron los pilares que cimentaron la creación de la Cineteca Nacional, recinto que conmemorará 40 años de haber sido inaugurado en su sede original y tres décadas de abrir sus puertas en sus instalaciones actuales.
Fue el 17 de enero de 1974 cuando la Cineteca se inauguró en uno de los foros de Los Estudios Churubusco, ubicados en Calzada de Tlalpan y Río Churubusco (actual sede del Centro Nacional de las Artes), con la proyección de la película “El compadre Mendoza” (1933), de Fernando de Fuentes.
Adscrita, en ese entonces a la Dirección de Cinematografía de la Secretaría de Gobernación, la Cineteca estaba integrada por dos salas de proyección abiertas al público: Salón Rojo y Sala Fernando de Fuentes, ésta última con capacidad para más de 700 personas.
Además, tenía un área de exposiciones periódicas, una hemeroteca-biblioteca especializada, una librería, un restaurante y bóvedas de seguridad para el almacenamiento de filmes, así como un taller de mantenimiento y reparación de películas.
En 1976 se creó la Dirección General de Radio, Televisión y Cinematografía (RTC) y la Cineteca Nacional pasó a formar parte de ella, bajo la dirección de Margarita López Portillo; un año después, la institución se convirtió en miembro activo de la Federación Internacional de Archivos Fílmicos (FIAF).
En esa época, el recinto, que se había convertido en una de las salas de arte favoritas del público que buscaba una alternativa al cine comercial, exhibía clásicos de la cinematografía nacional e internacional, así como diversos ciclos como “Terror en los 70”, “Seis obras de Stanley Kubrick”, “Peter Lilienthal”, “Ernst Lubitsch” y “La época del expresionismo”, por mencionar algunos.
Con una gran expectativa por parte de los cinéfilos que solían llenar las salas de la Cineteca, en 1980 se realizó el Primer Foro Internacional de la Cineteca Nacional, con la proyección de la cinta “Nosferatu el vampiro”, de Werner Herzog, y desde ese entonces hasta la fecha, el encuentro ha mantenido su misión de difundir películas que apuestan por nuevas formas de expresión temática y narrativa.
El 24 de marzo de 1982 es un día que ha quedado en la memoria de cinéfilos, cineastas y trabajadores de la Cineteca, pues esa tarde, mientras cientos de personas veían “La tierra de la gran promesa”, del polaco Andrzej Wajda, de manera repentina salió fuego de la pantalla de la Sala Fernando de Fuentes.
La explosión en una de las bóvedas que guardaba dos mil rollos de película a base de nitrato de celulosa, propagó el fuego por todas las instalaciones. Después de 16 horas las llamas consumieron más de seis mil cintas, el 99 por ciento del archivo fílmico nacional y extranjero que resguardaba la institución.
Meses posteriores al incendio, se creó el Comité Pro-Reconstrucción de la Cineteca, en el que participaron productores, distribuidores, sindicatos y diversos organismos con la meta de obtener dinero para construir la nueva sede y recuperar el material perdido.
Se buscó un nuevo espacio para la Cineteca, el lugar elegido fue la Plaza de los Compositores de la avenida México Coyoacán, en el antiguo pueblo de Xoco al Sur de la ciudad. El nuevo recinto, obra del arquitecto Manuel Rocha, fue inaugurado el 27 de enero de 1984.
El inmueble poseía cinco bóvedas para la preservación del acervo fílmico y no fílmico, un Centro de Documentación e Investigación, responsable de catalogar, clasificar, conservar y difundir publicaciones, documentos e información referente al quehacer cinematográfico, así como cuatro salas de exhibición, con capacidad para 550 espectadores cada una.
Diez años después del siniestro, en 1992, la Cineteca inició la construcción de cinco bóvedas para el almacenamiento del acervo fílmico, con los controles de seguridad, humedad y temperaturas que la Fédération Internationale des Archives du Film (FIAF) exige a todo archivo fílmico, las cuales se inauguraron en 1994.
Cuatro de esas bóvedas resguardan más de 15 mil títulos de la cinematografía mundial, entre largometrajes y cortometrajes nacionales e internacionales, en formatos de 35 y 16 milímetros, tanto positivos como negativos.
Mientras que la quinta bóveda resguarda archivo videográfico y archivo iconográfico: el primero está formado por una colección de casi 35 mil ejemplares, y el segundo, por más de 365 mil piezas de materiales tales como fotografías, carteles, fotomontajes, diapositivas y negativos.
También forman parte de la colección antiguos equipos de proyección, mesas de edición y otros objetos.
Desde 1996 la Cineteca se desincorporó de la Dirección General de Radio, Televisión y Cinematografía para formar parte del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), organismo que en 2011 impulsó la modernización y ampliación de las instalaciones y los espacios públicos.
El proyecto de ampliación incluía siete salas de exhibición, el Foro al Aire Libre “Gabriel Figueroa, una bóveda de 700 metros cuadrados, un laboratorio de restauración digital, un Museo del Cine, la Videoteca y el Cerebro Digital de la Imagen, así como un amplio estacionamiento.
Fue el 16 de enero de 2012 cuando la Cineteca Nacional cerró sus puertas al público para iniciar obras de remodelación y ampliación; aunque en un primer momento se tenía prevista su reapertura en agosto de ese mismo año, ésta se pospuso hasta el 7 de noviembre.
La reapertura se hizo por etapas, en la primera de ellas se inauguró el Foro al Aire Libre “Gabriel Figueroa”, con la proyección de la versión restaurada del clásico de Steven Spielberg, “Tiburón”, mientras que en la Sala 7 “Alejandro Galindo”, se realizó la premier nacional de la cinta mexicana “El sueño de Lú”, de Hari Sama.
Algunos de los espacios pendientes de inaugurar son el Museo del Cine, la Videoteca y el Cerebro Digital de la Imagen, sin que hasta ahora se tenga una fecha precisa de la culminación de los trabajos.
Actualmente, la Cineteca Nacional es dirigida por Alejandro Pelayo, quien sustituyó a Paula Astorga, en noviembre pasado. Otros directores que han estado al frente de la institución son: Fernando Macotela, Mercedes Certucha Llano, José Tobías Alegría, Guadalupe Ferrer, Mario Aguiñaga, Luz Fernández de Alba, Magdalena Acosta y Leonardo García Tsao.
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