México, D.F./Oct. 21
Cada vez más mexicanos huyen a Canadá con el argumento de que no están a salvo en su propio país, donde se libra una guerra antinarco que ya se extiende a bares y restaurantes.
Esta fue el resultado de una investigación hecha por el diario canadiense The Globe and Mail, el cual dio a conocer que existen actualmente 9 mil 70 refugiados mexicanos esperando a que su caso sea escuchado, el número más grande proveniente de un solo país desde que se estableciera el Consejo de Inmigración y Refugiados de Canadá (IRB, por sus siglas en inglés) en 1989.
“Todos conocemos y disfrutamos enormemente de las playas de México, pero ese no es el verdadero México”, dijo a The Globe and Mail Doug Lehrer, un abogado de Toronto.
“Las autoridades mexicanas han sido totalmente superadas y no pueden ofrecer a la gente común y corriente un nivel de protección razonable”, reportó el diario canadiense.
El rotativo señaló que más de 3 mil personas han sido asesinadas en el último año, mientras más de 30 mil soldados y policías se enfrentan a los cárteles de las drogas, quienes a su vez luchan entre sí por territorio y rutas de contrabando.
La brutalidad es intensa: se han encontrado cabezas humanas en una discoteca; hombres con rastros de tortura, asfixiados y encajuelados; tiroteos en centros comerciales a plena luz del día. En septiembre fueron arrojadas granadas en medio de la celebración del Día de la Independencia en Morelia, acto que algunos han calificado de “narcoterrorismo”, agrega.
En varias resoluciones de los tribunales analizadas por The Globe and Mail, se observa que el consejo sí cree historias de violencia de los solicitantes, pero rechazan las peticiones argumentando que deben regresar a su propio país a pedir protección.
Sin embargo, recientemente la Corte Federal de Canadá revocó media docena de fallos y cuestionó hasta qué punto un mexicano común puede buscar protección del Estado cuando los agentes policíacos son corruptos o ellos mismos son blanco de agresiones, a decir del impreso.
Gadiel Flores Ángeles, un taxista oriundo de la ciudad de México quien dijo haber sido secuestrado, golpeado y extorsionado por la policía, obtuvo una nueva audiencia el mes pasado.
El juez Douglas R. Campbell hizo referencia a la imposibilidad de Gadiel y su esposa de regresar y pedir protección al gobierno o a la policía mexicana, “cuando los acusados son … los mismos agentes de la policía”.
México ha sido en los últimos cuatro años la principal fuente de refugiados, y los mexicanos representan actualmente una tercera parte de todas las solicitudes de refugio en Canadá.
Sin embargo, el índice de aceptación para los mexicanos es de apenas 11%, en comparación con el índice de aceptación general, que es de 34%.
Incluso abogados de migración reconocen que algunos mexicanos son solicitantes falsos que inventan historias. Sin embargo, señalan que muchos no lo son y que el alto índice de rechazo por parte del Consejo no refleja la actual brutalidad de la guerra antinarco que se vive en México.
“Existen dos grupos de solicitantes, los que inventan una historia porque saben que pueden obtener ayuda legal y un permiso de trabajo aquí, y los que genuinamente están huyendo de una persecución terrible”, dijo Robert Blanshay, abogado que ha representado a cientos de mexicanos en los últimos dos años, incluyendo a Gadiel Flores. “Tengo la sensación de que el IRB no sabe cómo distinguir entre estos dos grupos”.
The Globe and Mail señaló que el IRB no puede determinar cuántos solicitantes mexicanos están huyendo de la violencia o de los cárteles de la droga debido a que no da seguimiento a los casos de esa manera. No obstante, abogados de inmigración mencionaron que los solicitantes mexicanos están huyendo debido a que se les persigue por un delito, por un problema marital o por su orientación sexual.
En mayo, el Consejo adoptó lo que llama una “decisión persuasiva” con el objetivo de guiar a los miembros del consejo.
Esta medida reconoce que la criminalidad, la corrupción, el secuestro y el tráfico de drogas son problemas que se están viviendo en México. No obstante, también señala que México está haciendo grandes esfuerzos para contener esos delitos y que los solicitantes de refugio no pueden simplemente decir que “acudieron a la policía y no fueron escuchados”.
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