La Procuraduría de la Defensa del Contribuyente salió a reclamar que el Sistema de Administración Tributaria haya dado a conocer la lista de los contribuyentes que tienen adeudos de impuestos previos al primero de enero de 2014.
Esa procuraduría asegura que el SAT viola los derechos de las personas físicas y morales al revelar el monto de sus adeudos al fisco, haciéndolos públicos para que todo el mundo se entere que no cumplen con sus obligaciones fiscales.
Recuerdo cuando la Comisión de Agua Potable de Nuevo Laredo se dio a la tarea de publicar los nombres de los usuarios morosos, lo que levantó una ola de inconformidad, pero se comprobó que la gente más adinerada de la ciudad, era la que no pagaba sus servicios de agua potable y alcantarillado.
En el caso de la lista del SAT, el señalamiento de la Procuraduría es que hacienda también debería revelar los nombres de las empresas y personas físicas a quienes se les condonaron pagos de impuestos.
Eso nos daría una idea también de cómo determinadas personas en este país o empresarios son favorecidos por una política que les exime del pago de sus obligaciones fiscales.
El SAT busca con este “balconeo” obligar a los contribuyentes a pagar sus impuestos, es una motivación generada por la exhibición de su morosidad.
Es una forma, como sucede con los ayuntamientos de Reynosa y Ciudad Victoria al realizar rifas de autos entre los contribuyentes cumplidos en el pago del predial, de intentar recuperar la cartera vencida.
Lo cierto es que ser moroso de algún impuesto no es algo para enorgullecerse, pero también implica una reflexión sobre establecer acuerdos con los contribuyentes para que puedan cubrir sus adeudos en pagos, dadas las condiciones económicas del país.
Porque sin en 2013 los súper millonarios mundiales, entre ellos Carlos Slim, obtuvieron más ganancias, la gente trabajadora que apenas sobrevive y las empresas que no tienen los recursos de los multimillonarios, a duras penas pudieron sobrellevar el año 2013.
Para acabarla las cosas no serán mejores en el 2014 en materia de impuestos, tan sólo en la frontera el encarecimiento de la vida es automático, al incrementarse de un 11 a un 16 por ciento el impuesto al valor agregado.
Vienen tiempos duros, económicamente difíciles, lo que hace más complicada la situación para las familias, que tendrán que vérselas también con el tema de la inseguridad que no se resuelve todavía y aún falta mucho para que eso ocurra.
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