México, D.F. / Agosto 9.-
“Hace 10 años nos propusimos conquistar el mundo”. Esas fueron las palabras de Wisin & Yandel, el dueto puertorriqueño que ha llevado el género del reggaetón a terrenos inimaginables, y que hoy se han convertido en una referencia casi obligada entre un sector de la juventud en América Latina.
Si bien Juan Luis Morera (Wisin) y Llandel Veguilla (Yandel) efectivamente no han conquistado del todo el planeta, sí han llevado con gran éxito sus ritmos bailables y sensuales a tal nivel de popularidad que convocaron a 18 mil personas en el Palacio de los Deportes, el sábado pasado, y las hicieron bailar desenfrenadamente dos horas.
Les guste o no a los detractores del reggaetón, esta pareja de boricuas es la única nominada latina en la próxima entrega de los MTV Video Music Awards. Y entre el público el dúo es adorado por niños, adolescentes y adultos, y es capaz de lograr que diversos extractos sociales convivan armoniosamente al ritmo de sus canciones.
Sin duda Wisin & Yandel serían un objeto de estudio interesantísimo para sociólogos y antropólogos, pues sus canciones, cuyas líricas han sido criticadas por su alto contenido sexual y violencia implícita, representan casi himnos para centenas de jóvenes que acuden a sus conciertos.
La forma de medir como ha ido creciendo la popularidad de este dúo en México es muy sencilla: el año pasado ofreció dos abarrotados conciertos en el Teatro Metropólitan, en el que congregó a unos 6 mil asistentes, Hace unos meses, hizo lo propio en el Auditorio Nacional al que asistieron 10 mil jóvenes. La noche del sábado casi se duplicó esa cifra: 18 mil personas.
La fiesta de Wisin & Yandel, en el marco de su gira “La Revolución Tour 2009”, comenzó a las 20:00 horas.
Caída la tarde, miles de jóvenes se congregaron en el domo de cobre para bailar desenfrenadamente durante dos horas exactas a ritmo de temas como “Quítame el dolor”, “Pam pam”, “Encendido” y “Pegao”.
Apenas aparecieron sobre el escenario (que contó con una pobre producción), y acompañado por su séquito de bailarines, los boricuas desataron el griterío entre el público femenino, sin duda, el que conforma la mayor parte de la audiencia de la pareja.
fueron las mujeres las que más lucieron en el baile, pues no sólo el contoneo de sus cuerpos atrae las miradas de la concurrencia, sino su vestimenta: jeans entalladísimos, blusas sin magas, tops, zapatillas, cabello largo suelto y los labios exageradamente pintados.
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