Fotos: Andrea Jiménez
Monterrey, N.L.-
La vida de un vaquero va más allá de portar un atuendo con sombrero y botas; montar a caballo. Es todo un estilo de vida que implica mucho trabajo y amor por la naturaleza.
El fotógrafo puertorriqueño Werner Segarra capturó momentos memorables de la vida de varias familias de los vaqueros de Sonora y ahora el público podrá apreciar en 60 imágenes en la exposición “Vaqueros de la Cruz del Diablo”, que se inauguró ayer por la tarde en el Museo de Historia Mexicana.
La mayoría de la gente tiene un concepto de la figura del vaquero, que por lo regular coincide con la que el cine, especialmente el hollywoodense, ha mostrado desde hace décadas.
Durante un recorrido para medios de comunicación, Segarra confesó que la primera vez que acampó en Huásabas, en Sierra Alta de Sonora se enamoró del lugar y empezó a tomar fotografías.
La Cruz del Diablo hace referencia a uno de los cañones naturales enclavados en la Sierra Alta del municipio de Huásabas, en Sonora. Es en este lugar donde se observa a los vaqueros, que arrean el ganado por terrenos tan hermosos como imposibles de cabalgar.
“Cuando llegué ahí a los 14 años me enamoré de sitio y yo veía que (los vaqueros) trabajaban desde niños y veía cómo no se quejaban del trabajo, pues les encantaba salir.
“Y yo me pasaba en las milpas, en las montañas, a caballo y acampando con ellos 12 horas. La primera vez que acampé fueron 13 horas y luego me regalaron un caballo y no tenía ni montura”, recordó Werner.
Y a lo largo del tiempo, se involucró tanto con la comunidad, que después de revelar sus rollos, regresaba con las postales y retratos para regalárselas.
“Por ejemplo, empecé con paisajes, y dije: no puedo enseñar solamente paisajes, tengo que enseñar el vaquero en su pueblo y entonces les tomaba fotos a ellos y luego mi esposa me sugirió que hiciera retratos de generaciones.
“Y empecé a fotografiar al abuelo, al hijo y su papá; después, entró la importancia de la mujer, así como la religión, pues es lo que mantiene estos pueblos unidos”, señaló.
Y en esta muestra representativa de 60 fotografías, Werner atrapa la atención del espectador y lo adentra en la vida cotidiana de los vaqueros y sus familias, su entorno, sus tradiciones en las tres secciones que fue dividida la serie de fotografías : El lugar, La Faena y la gente.
“Lo más importante para mí , es que cada foto diga una historia, y que venga un niño de cinco años y que se haga su propia historia a ver las fotos”, expresó Segarra.
“Vaqueros de la Cruz del Diablo” , abrió sus puertas el miércoles 12 de mayo y permanecerá en exhibición en el Museo de Historia Mexicana hasta el 15 de agosto.