México, D.F. / Oct. 26
“En su nido, sólo nuestros huevos”, ponía en un desplegado Jorge Vergara. “Grande aunque te duela”, se jactaba Emilio Azcárraga Jean. Ahora Chivas y América, con el orgullo maltrecho, sumidos en el fondo de su grupo y sin el poderío de antaño, ¿se atreverán a burlarse el uno del otro?
La lucha que sostendrán este domingo en el estadio Azteca va más allá de demostrar quién es el mejor, pues están obligados a ganar para no extinguir su débil flama de vida en el Apertura 2008.
Así pinta su situación: El Rebaño, en el escalón cinco del Grupo 2, con 18 puntos, y abajo en el sexto su odiado archirrival, con apenas 15 unidades.
Los miran desde la cima el líder Tecos, con 21 puntos; Morelia, segundo con 20, Cruz Azul, tercero con 20 y Pumas, cuarto con 18.
Sólo avanzan los dos primeros de cada grupo, así que de perder rojiblancos y azulcremas complicarían sus sueños de liguilla, más aún porque la UAG, La Máquina y la UNAM tienen un partido pendiente.
Y aunque en mediocridad ahí se la llevan en este torneo, la historia tiene mejores cosas qué contar para las Águilas del América.
Este será el clásico 201, con 73 victorias para los emplumados, 62 para El Rebaño y 65 empates.
En cuanto a goleo están muy parejos: América tiene 265 tantos, mientras que Guadalajara lleva 258.
Jugar en casa también le sienta bien a los de Coapa, pues no pierden en su terruño desde el Apertura 2003, cuando cayeron 2-1 ante Chivas.
Ahora volteemos al banquillo. Éste será el segundo clásico de Ramón “El Pelado” Díaz, mandamás del América, quien no halla cómo enderezar el rumbo de su equipo. En el primero, un amistoso en Chicago, perdió 2-0.
Enfrente, Efraín Flores, pastor del chiverío, quien ha enfrentado cuatro veces a los azulcrema: dos con Guadalajara, con saldo de uno ganado y otro perdido; otro triunfo al frente del León y una derrota más cuando dirigía al Atlas.
PRIMER DUELO
La primera vez que América y Chivas jugaron en la época profesional fue el 16 de enero de 1944, con triunfo de los tapatíos por 3-1. La revancha vino en la segunda vuelta, cuando América los humilló 7-2, siendo la máxima goleada águila en este tipo de duelos.
NACE EL PIQUE
Una frase dio vida al Clásico de clásicos. “Cada que quieran llamar a Guadalajara marquen dos cero, dos cero, dos cero o el 20-20-20. Cortesía del América”, la dijo por allá en la temporada 1959-60 el inolvidable entonces técnico azulcrema, Fernando Marcos.
Así su origen: peleando codo a codo por el título de esa temporada, las Águilas jugaron tres juegos en fila en Guadalajara que ganaron por idéntico marcador de 2-0 al Oro, Atlas y a El Rebaño.
De ahí que dijera que la “nueva Lada a Guadalajara era 2-0”, situación que enfadó a los tapatíos, despertando una rivalidad que sigue encendida.
Después, en el juego de vuelta, cuando Chivas visitó al América en Ciudad Universitaria, la pasión se desbordó y las localidades se agotaron. Esa vez Chivas se las cobró a su archirrival con un 2-0, el 12 de noviembre de 1959.
EL MEREQUETENGUE
¡Vamos a reventarlos!, era el grito de guerra de Chivas y América, dictado por el odio entre ambos clubes. Y la gresca más aparatosa que se recuerde fue la de 1983. El causante fue el árbitro Edgardo Codesal, al permitir el juego sucio de Chivas, sin medir con la misma vara al América.
Minuto 25. Falta de Cisneros sobre Outes y éste lo empuja. Sólo expulsa al jugador águila, Se arman los empujones.
Trejo cae golpeado al suelo y Codesal expulsa a su agresor, el capitán del chiverío, Javier Cárdenas.
En el último minuto y tras el tercer gol de Chivas, se desató una batalla campal en la que intervinieron granaderos. Rivas anota el último gol y Roberto Gómez Junco se burla frente a la banca americanista. Como respuesta, el preparador físico del América le estrelló sus nudillos en la cara.
Después se armó la segunda bronca. Todos luciendo su repertorio más agresivo de golpes durante 10 minutos.
El saldo: ocho jugadores del Guadalajara expulsados, por nueve de las Águilas.
Discussion about this post