México, D.F. / Oct. 26
Las cosas malas que se dicen sobre alimentos congelados son verdaderos mitos, pues se trata de productos seleccionados y tratados con toda clase de medidas higiénicas para que lleguen con todas su propiedades a la mesa y sin ningún elemento peligroso.
En estos días en que las horas pasan volando y en ocasiones no hay tiempo de poner a cocer verduras, echar mano de estos productos es una buena opción, pues brindan la seguridad de que han sido recolectados en huertos controlados, en los cuales se elimina cualquier amenaza potencial para la salud de la familia.
Nutritivas verdades
La especialista Belén Otero, nutrióloga de la casa McCain, dice que la idea de que los alimentos congelados pierden vitaminas y nutrientes es errónea: “Al contrario, el proceso de congelación ayuda a que las vitaminas y minerales permanezcan mas tiempo en el producto”.
Ahora que mucha gente quiere comer alimentos sin preservadores químicos, la experta nos cuenta que “el proceso de congelación por sí mismo es el conservador”, por ello no necesitan nada más.
Ante una preocupación generalizada las medidas higiénicas, que derivan en la pregunta de si se les cuelan pesticidas o algunos bichos, afirma “no, desde en el proceso de recolecta hasta el empacado existen medidas de desinfección y clarificado que tienen como objetivo eliminar microorganismos del alimento”.
Ideas frescas
Hay quien piensa que no saben igual que los frescos, la nutrióloga nos afirma que esto es “correcto”, pero porque “el sabor incluso puede llegar a ser mejor, ya que no depende de temporadas o si salió buena la cosecha o si el transporte trató bien el alimento”.
La gente, afirma Belén Otero, debe tener en mente que se trata de “alimentos recién cosechados y frescos”.
Nadie puede pasar por alto, nos recuerda, que los vegetales son parte fundamental de una dieta balanceada y consumirlos congelados es cocinar saluda y más fácilmente.
Estos vegetales son previamente seleccionados, lavados, desinfectados, precocidos y cortados, lo cual ahorra tiempo y esfuerzo, además de que permiten economizar, pues no se paga por partes que no se utilizan, se evita el desperdicio y se encuentran disponibles todo el año.
La nutrióloga dice que “cualquier persona puede consumir estos alimentos sin ningún problema (salvo excepciones de alergias o intolerancias)” y tres de sus principales cualidades es que son inocuos, frescos y prácticos, más allá de sabrosos.
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