Tan era un flan Nueva Zelanda en el partido de vuelta del repechaje, que días antes los jugadores mexicanos se fueron al parque de diversiones de El Señor de los Anillos, una película multipremiada con el Oscar que se filmó en ese país, para relajarse en vez de concentrarse para un enfrentamiento que debió tener sólo un capítulo.
Porque después de la paliza en el juego de ida que terminó con el marcador 5-1 a favor de México en el Estadio Azteca, la FIFA tuvo que intervenir para ahorrarse el gran ridículo de enfrentar a una escuadra “de amigos”, como la calificó Hugo Sánchez, que incursionaron en el fútbol cuando no fueron aceptados en equipos de rugby.
La gran moraleja para los mexicanos en esta agónica calificación fue que sus rivales de la zona de Concacaf tienen un nivel superior al tricolor, y que los jugadores en Europa no serán la salvación de una selección que ha ido de más a menos en los últimos tres años.
Como tampoco el América vestido de los colores patrios se puede comparar con Alemania, Brasil o Argentina, y eso quedará demostrado en el Mundial de Brasil 2014, porque Nueva Zelanda sirvió solamente para ir de paseo al fin del mundo y jugar una “cascarita”, no para la resurrección azteca.
El futbol nacional debe cambiar drásticamente, desde sus directivos hasta la manera de convocar a los integrantes del tricolor, sin que el técnico que seguramente será Miguel “el piojo’ Herrera sea presionado por patrocinadores y promotores para llevar a Brasil a los que militan en Europa, sin tener el nivel requerido.
México ya calificó al Mundial y evitó hacer uno de los más grandes ridículos de su historia. Ahora hay que estar bien aterrizados porque en Brasil, si bien le va al tricolor, superar la primera etapa también será una pesadilla, cualesquiera que sean los rivales.
Discussion about this post