Monterrey, N.L.-
Las navajas multiusos, mejor conocidas como navajas suizas, son herramientas que desde siempre han sido catalogadas de dos maneras muy extremistas y opuestas.
Por un lado están las personas que dicen que estas herramientas son totalmente inútiles, que sus aplicaciones en la vida cotidiana son irrelevantes, que tienen funciones que no son comprensibles o fáciles de usar y que son demasiado costosas como para invertir en ellas si realmente rara vez se usaran.
El otro punto de vista, para los fieles usuarios de estos productos, es que no salen de su casa sin su navaja suiza. Estas personas opinan que son herramientas tan útiles que no se puede prescindir de ellas y que vale la pena el costo elevado que se paga por estas ya que para ellos son indispensables en su vida diaria.
Partiendo del Segundo punto de vista y complementándolo con información del documental de Megafactories: Swiss Army Knife, se puede entender el porqué del fanatismo de muchas personas hacia estas herramientas que a simple vista a otros les puede parecer una compra absurda.
Según este documental que se esmera en hacer notar la genialidad de la fábrica donde se producen estos artefactos, el costo de estas herramientas es elevado porque son artículos hechos con tecnología ingenieril de punta, mezclados con mucha mano de obra manual y esta combinación es el factor fundamental que hace que estas herramientas tengan una calidad superior en el mercado y tengan más de un siglo fabricando sus productos.
“El cómo se fabrican es tan genial e ingenioso como la herramienta en sí misma”, dice Carl Elsener, director ejecutivo de Victorinox.
En el documental también se habla un poco de la historia de esta fábrica y por lo que ahí se dice, la marca Swiss Army Victorinox no es sólo una fábrica de herramientas de alta tecnología, sino que es también un ejemplo de empresa con un inteligente modelo de negocios que supo reivindicar a la marca.
Esto se acota debido a que la empresa tuvo un punto de crisis cuando en muchos países les prohibieron la entrada de sus productos porque decían que eran armas.
Entonces la compañía estuvo a punto de quebrar cuando llegaron a la conclusión de que debían diversificarse y ya no sólo vender navajas multiusos, sino que debían abrir sus horizontes y crear nuevos productos para poder llegar a esas zonas en donde estaban vetados.
Fue así como Victorinox dejó de fabricar solamente navajas y comenzó a diseñar y fabricar artículos de “outdoor”, mochilas, ropa de campismo, termos entre otras cosas, además de que ya entrados en material, decidieron ampliar la gama de navajas y dividirlas en tamaños, usos y tipos diferentes.
Regresando al punto de partida se puede concluir que en efecto, en gusto se rompen géneros, pero la gente que realmente es fanática de la marca no lo es sólo porque sí, sino porque saben lo que hay detrás de esta prestigiosa marca y reconocen que su hechura es sinónimo de alta ingeniería, tecnología de punta, una buena administración, una historia de más de 100 años y un modelo de negocio muy bien pensado. (Gustavo Borda)
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