México, D.F./Oct. 31
La Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) decomisó en Oaxaca y Jalisco más de nueve mil huevos de tortuga y puso a disposición de las autoridades penales a cinco personas que pretendían comercializar este producto. Como parte de la vigilancia permanente que realiza la Profepa durante la presente temporada de desove de las tortugas marinas en el litoral del Océano Pacífico, inspectores de la institución impidieron que los nueve mil 150 huevos se vendieran de manera ilegal.
En el primer caso, de acuerdo con información asentada en el acta de inspección por personal de Oaxaca en un puesto de revisión en Santa María Huamelula, elementos de la Secretaría de Marina detectaron un cargamento de siete mil 470 huevos.
La mercancía iba a bordo de un vehículo en 18 bolsas de nylon negro y transparente, así como en dos costales.
El chofer que manejaba el vehículo fue puesto a disposición del agente del Ministerio Público de la Federación adscrito a la mesa investigadora en Salina Cruz, junto con el cargamento y el transporte, iniciándose la averiguación previa PGR/OAX/SC/II/072/2008.
Peritos de la Profepa fueron llamados para rendir el dictamen correspondiente, mismo que se integró al expediente.
Además, inspectores de la delegación de la Profepa en Jalisco, que realizan labores de vigilancia e inspección en más de 300 kilómetros del litoral jalisciense en las playas de Tomatlán, donde tradicionalmente se registran los mayores casos de depredación de tortugas, localizaron a cuatro personas que llevaban en un vehículo con un total de mil 680 huevos de tortuga.
Los traficantes de vida silvestre fueron enviados al Ministerio Público federal en Puerto Vallarta, Jalisco, y los huevos se trasladaron a varios campamentos tortugueros donde fueron sembrados en los corrales.
En los operativos inspectores de la Profepa están apoyados por elementos de la Secretaría de Marina. Además de vigilar las playas de anidación inspeccionan que los barcos camaroneros que salen a pescar cuenten con dispositivos de exclusión de tortugas (DETs), en cumplimiento de lo establecido por la NOM-062-SEMARNAT.
La Profepa recordó que todas las tortugas marinas están protegidas por la legislación mexicana porque son animales en peligro de extinción.
Recordo que está prohibido cazar tortugas, matarlas para comer su carne y recoger sus huevos para consumo humano y quienes lo hagan, pueden ser sancionados con multas que van de 300 a tres mil días de salario mínimo y cárcel de uno a nueve años.
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