México, D.F. / Nov. 1
Enojado porque fue despedido, Enrique Mejía Bello planeó vengarse del Sanborns de Santa María la Ribera, asaltando el restaurante, a sus empleados y comensales.
“Me dio coraje que me hayan corrido sin justificación”, indicó el autor intelectual del frustrado atraco, al ser presentado ante los medios junto con sus cuatro cómplices.
Hacía dos meses que Enrique recibió su finiquito tras ser acusado de un faltante de dinero y de amenazar a un subgerente, informó el subprocurador de Averiguaciones Previas Desconcentradas, Luis Genaro Vázquez.
“No (es verdad), así me llevaba con él, bromeábamos”, dijo hoy el autor intelectual del asalto a la tienda ubicada sobre Insurgentes, minutos antes de las 01:00 horas del pasado jueves, donde había 18 empleados y ocho clientes.
Enrique Mejía narró que se le acusó del robo porque al entrar a trabajar dio mal su dirección. Al ser despedido buscó vengarse de la empresa a través de un robo, para lo cual invitó a uno de sus “mejores amigos”, con quienes vendía pantalones en la calle del Carmen, en el Centro Histórico de la ciudad.
La Procuraduría capitalina enumeró los errores cometidos por los asaltantes: haber retenido a 26 personas, en lugar de dejarlas ir, pues varios de ellos sirvieron como testigos para incriminarlos. La mala planeación del ilícito en el que intentaron enfrentar a policías con armas de juguete, así como olvidar en la camioneta en que llegaron, la herramienta con la que pensaban abrir la caja de seguridad en la que había 70 mil pesos.
En un principio se indicaba la participación de un militar, pero la Secretaría de la Defensa Nacional aseguró que su elemento cenaba en el restaurante y después de pagar para retirarse fue amagado por los asaltantes que lo retuvieron junto con las demás personas que se encontraban en el lugar.
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