La Antigua, Ver.-
Entre árboles y un bello arco que tiene grabados escenarios de la historia del municipio de La Antigua en Veracruz, arriban los turistas de todas partes del mundo, quienes son recibidos por los mejores informadores turísticos que los ojos de cualquier ser humano han podido ver.
Gran asombro producen estos informadores cuando inician a contar la historia a detalle del bello municipio, que rodeado por el río La Antigua, fue escenario de la llegada de Hernán Cortés y sus tropas españolas.
En el camino empedrado para llegar al centro de este lugar, yace un letrero de lámina perfectamente bien delineado que dice: “informadores turísticos”, a su lado, una decena de niños juegan en los columpios y bicicletas oxidadas.
El turista se acerca y de forma rápida, estos infantes comienzan a saludar, ofrecen sus servicios, al grado que la enorme habilidad para contar leyendas y cuentos fantásticos de la heroica Veracruz, culminan encantando a los visitantes.
Con 14 años de edad, José Abraham Suárez Loyo destaca entre sus compañeros por la simpatía y la gran capacidad para absorber conocimientos de los hechos del municipio; cuestionado por EL UNIVERSAL sobre su identidad, el infante responde, “me dedico a la información turística de la Antigua”.
Agrega, “les cuento sobre la casa de Hernán Cortés y otros puntos históricos de la Antigua” como la Ermita de Rosario, la iglesia que construyó José María y Guadalupe de Santa Ana, la ceiba, el puente colgante y un boulevard construido por la famosa actriz veracruzana Ana de la Reguera.
José Suárez lleva cuatro meses como informador turístico, previo a esta actividad recibió la capacitación de sus mayores, independientemente de gastar sus tardes en el estudio de la historia.
Sobre esta asignatura, comparte, “me gusta mucho la historia, es mi materia preferida; cuando salí de sexto saqué 8.1, ahora voy en primero de secundaria y estudio en la escuela Niños Héroes de Chapultepec aquí en la Antigua”.
El día de José inicia a las 6:00 de la mañana cuando despierta, desayuna y camina a su escuela, donde pasa más de medio día para que poco antes de las 14:00 horas llegue a su casa para cambiarse, comer y “desde las 02:00 de la tarde en adelante me vengo a andar de guía; en la tarde me voy como a las 06:00”, relata.
La historia de La Antigua es compartida por 42 informadores turísticos; sobre su papel, el niño refiere, “soy de los más chicos” y en cuanto a los ingresos económicos que recibe, comenta, “nosotros no tenemos sueldo fijo, es lo que ustedes quieran dar de propina voluntaria”.
La vida de los niños de La Antigua es diferente a la del promedio de los infantes veracruzanos, ellos conviven con el trabajo pero también con la cultura y el espíritu de la historia que trasciende gracias a la oralidad en las generaciones de los veracruzanos.
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