Auckland, Nueva Zelanda.-
Guillermo Melero es un mexicano que estudia y trabaja en la Universidad de Auckland. Actualmente está realizando un estudio de cómo los mexicanos se adaptan a una sociedad tan distinta a la suya, como lo es la neozelandesa.
Afortunadamente para nosotros aceptó participar en este proyecto. De entrada nos aclara que en lo personal no le interesa el futbol soccer; lo que le llama la atención es la forma en la que los mexicanos en el extranjero, se relaciones entre ellos mismos utilizando este deporte.
Explicó que en su investigación ha encontrado que cuando un mexicano vive en una sociedad tan distinta a la de su país, busca cosas comunes y que conoce para intentar no perder su identidad.
Es por ello que en fechas específicas, como el 16 de septiembre o incluso el 5 de mayo (que en México no se celebra tanto), es común encontrarlos en lugares donde, por ejemplo, se vende comida mexicana.
Sin embargo lo más curioso de todo esto es que el elemento que los identifica a los mexicanos en este tipo de eventos es precisamente una camiseta de la Selección Nacional de Futbol.
Nos contó que durante el tiempo que ha vivido en Nueva Zelanda, se ha encontrado con mexicanos que originalmente no les interesaba el futbol, pero de pronto comenzaron a tomarle el gusto a este deporte como una forma de no perder su identidad nacional.
Incluso en momentos clave, como lo sería el encuentro de repesca contra los “All Whites”, el interés de los mexicanos supera en mucho lo deportivo y se convierte en tema de orgullo nacional”.
Es por ello que tiene muchas ganas de presenciar el segundo encuentro de la repesca en Wellington, donde los mexicanos y neozelandeses, personas con formar de ser muy distintas, se van a encontrar en un estadio y en una competencia deportiva.
Entre las cosas que más llamarán la atención, es la forma en la que los neozelandeses y los mexicanos ven el deporte. Los primeros son más serenos que los segundos, que no dudan en gritar, cantar y en ocasiones hasta ponerse violentos.
Y aunque no espera que muchos mexicanos en Wellington el día del juego (hacer el viaje es un proceso largo y caro), sí está seguro de que durante dos horas el estadio será un verdadero laboratorio social… y eso será algo digno de verse.
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