Monterrey, N.L.-
Si hablamos de las generaciones pasadas, podemos darnos cuenta que los niños crecieron divirtiéndose con una gran variedad de programas infantiles, los que contenían en ocasiones enseñanzas para iniciar en el mundo del aprendizaje escolar.
Existían programas formativos, otros de entretenimiento, donde los dibujos animados mostraban las acciones cotidianas de manera graciosa para divertir.
Actualmente los programas infantiles han perdido ese concepto, mostrando acciones no propias para personas menores de edad, afirma Olga Macías, licenciada en Educación.
Después del entretenimiento a través del televisor por medio de programas transmitidos, llegaron los videojuegos, que poco a poco se adentraron en cada uno de los hogares, adquiriendo los aparatos necesarios para su ejecución. Se inició dentro de un círculo de nivel económico alto, llegando así a todos los niveles y clases sociales, señaló.
Los primeros videojuegos fueron creados con la finalidad de entretener y despertar en el niño, habilidades o destrezas, superando obstáculos, mismos que los adolescentes, jóvenes y personas mayores disfrutaban. El saltar obstáculos y encontrar la forma de acumular puntos, era su primer misión, misma que era aceptada para agilizar la mente del jugador, haciéndolo más hábil y adquiriendo una mayor destreza en cada repetición, dijo.
Los juegos fueron evolucionando, al grado que para pasar un obstáculo, había que vencer a un pequeño adversario, el cual se eliminaba para seguir derribando o pasando obstáculos, y esto daría una mayor puntuación. Así se prosiguió hasta llegar a matar al adversario, ya no solo bastaba con derribarlo, sino que había que matarlo, eliminarlo del juego, comentó.
Con el paso del tiempo los jugadores pedían más, ya no era divertido superar los obstáculos que apoyaban tu destreza, sino que se buscaba algo más excitante, algo que hiciera explotar tu adrenalina al máximo. Se crearon videojuegos de acción, donde todo el tiempo había que eliminar con armas al adversario, para proseguir el juego. Se había cambiado de un juego de destreza a un juego que destroza al ser humano, creando en cada jugador un asesino en potencia, una persona agresiva y fría para eliminar al adversario, dijo.
El concepto original de los videojuegos se perdió, aquel videojuego que pretendía acrecentar la destreza mental, se había convertido en una máquina de seres insensibles, que dañan sin piedad a quien se les ponga enfrente. Además de los videojuegos de acción, que también perdían el interés de los jugadores, por no llegar a satisfacer las demandas que día a día van en aumento, se crearon nuevos juegos, donde ya la acción violenta, no solo se da a través de las armas, sino que se han creado videojuegos con actividad sexual, llevando a los jugadores a desvirtuar el verdadero sentido de una relación de pareja en cuanto al sexo se refiere, afirmó.
Elegir un videojuego que verdaderamente ofrezca un beneficio o enseñanza, cada vez es más difícil, la mayoría contienen situaciones de violencia que en lugar de brindar la oportunidad de adquirir “destreza”, “destroza” ese ser humano que cada jugador lleva dentro, comentó.
Los menores no tienen la culpa, son los padres quienes deben elegir y vigilar el uso de videojuegos que no dañen la mente de quien participa en el juego, ya sea niño, adolescente o joven.
Un niño aprende lo que ve, la violencia genera violencia. El respeto al ser humano empieza con el respeto, hacia sí mismo, concluyó. (Pamela Martínez)
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