Xalapa, Ver. / Octubre 1.-
La loca pasión de un hombre por una jovencita se transformó, en unas cuantas horas, en odio, venganza y… muerte. Aquel sentimiento profundo e inefable acabó en una tragedia con la muerte de tres personas y la vida en vilo de tres más.
Como solo suele ocurrir en Veracruz, tierra caliente de hombres y mujeres apasionados, una pistola tipo escuadra calibre 380, fue el arma del soldador Alberto Andrés González Alvizar para saciar su venganza porque le arrebataron a su amor: una niña de 13 años.
Con 30 años acuestas, se “enamoró” de la joven niña Raquel Pérez Montes, a quien mimaba con dinero, vestido, calzado y todo tipo de lujos. Por eso, cuando los padres de la menor decidieron arrebatársela, enfureció y tomó venganza.
El municipio de Tierra Blanca, donde se registran las temperaturas más altas de Veracruz, dejó de ser blanco y se tiño de rojo, cuando el hombre resolvió buscar a su “amada”.
Los padres indignados por tal relación sacaron a su hija de la ciudad y luego la mecha se encendió cuando la niña llamó telefónicamente a su “novio” para “cortarlo” y de paso anunciarle que ya andaba con un ingeniero.
Empuñando su pistola tipo escuadra arribó a la casa de los padres de su “amada” ubicada en la Calle 21 de marzo del Barrio de Torreón de ese municipio veracruzano, donde perpetró un primer ataque hiriendo a tres personas: Rocío Montes Herrera, Pedro Cervantes Domínguez y Lorenzo Pérez.
En el lugar quedó tendido, inerte… muerto, pues, el padre de la menor, Lorenzo Pérez; mientras que un proyectil le atravesó el pecho a Roció Montes Hernández de 32 años, mama de la “enamorada”, quien se debate entre la vida y la muerte en un hospital del puerto de Veracruz.
Pedro Cervantes, quien también recibió la furia del “despechado” no logró sobrevivir y estando en una cama del hospital dejó de respirar.
La venganza no paró ahí. Posteriormente se dirigió a la Calle Agrarista de la Colonia Hoja del Maíz, donde también consumó un segundo ataque e hirió a Catalina Pérez Montiel y Silvestre Pérez, familiares de su “ex novia”, quienes se habían negado a proporcionarle el paradero de la jovencita.
Silvestre Pérez murió horas más tarde en un hospital de la región; mientras que Catalina Pérez Montes de tan sólo 17 años de edad, recibió tres impactos de bala: en el brazo y pecho, por lo que la muerte, con su hoz al hombro, se cierne sobre ella.
Enloquecido, con su playerita en color azul y su rostro desencajado, realizó un intento más por encontrar a su amada. Se trasladó al ejido Nanche con la esperanza de hallarla, pero al no hacerlo lesionó con su arma al joven Abel Pérez Córdoba y/o José Luís Saavedra Escamirosa de 14 años de edad. Recibió una bala en la costilla izquierda.
Fue suficiente el daño. Agentes policiacos municipales lograron capturarlo. Atrás dejó una estela de muerte y dolor… y a una comunidad conmocionada.
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