Guadalajara, Jal. / Nov. 7
Hay que ser un verdadero chiva para sufrir los miedos de su técnico, las enloquecidas salidas de su portero y los milagrosos regresos de su equipo. Primero para imaginarse eliminado y luego, en un santiamén, verse de vuelta en la pelea.
Y esa fórmula, padecida desde la primera ronda de la Copa Sudamericana, se vuelve a aplicar, impulsado, este Rebaño Sagrado, por la fe de su gente y el decidido coraje del recuperado plantel…
Porque Chivas, en 20 minutos de juego, estaba fuera del torneo internacional. Y en un increíble segundo tiempo, recupera la espada y alcanza a su rival, tras un 0-2 en contra, para convertir la victoria global (4-3) en un sonoro éxito que lo catapulta a semifinales del evento sudamericano.
Sin dar opción al respiro, el agobio del River Plate no sólo ahoga al temeroso equipo rojiblanco, sino que incluso modifica el panorama inicial en menos de 20 minutos. Los males de Chivas, que parecían superados, vuelven a la hora menos oportuna.
Los minutos iniciales, de pesadilla, bastan al conjunto argentino para sacudir a su adversario. Personalidad y decisión quedan de manifiesto, frente a una zaga tapatía que no logra multiplicarse para detener lo inevitable: una furiosa voltereta del legendario River.
Así, en el minuto 3, los sudamericanos, que parecen ser más en el campo, acorralan a las ya de por sí tímidas Chivas y en un recentro, Reynoso taclea descaradamente a Sebastián “Loco” Abreu, pero sin aguardar el reclamo, Gustavo Cabral aparece solitario y fusila a Víctor Hugo Hernández, con tiro decidido, raso, a poste izquierdo.
En plena confusión, River continúa su asedio, al tiempo que acobarda aún más a la tropa tapatía, hasta que en el minuto 20, Radamel Falcao se quita con una maniobra de escándalo a Pineda, Mejía y a Solís, quienes terminan, como chiquillos inocentes, en el césped. Después, encara en mano a mano al guardameta y lo fulmina, a su izquierda, sin mayor presión.
Por eso, con todo y contar con una línea de cinco, Efraín Flores es incapaz de contener al adversario. Y sí, en cambio, le otorga toda la iniciativa, al tiempo que pierde en 45 minutos lo que había logrado en el juego de ida, en el Monumental…
En la agonía del primer lapso, una atropellada salida del guardameta Ojeda termina por derribar a Sergio Santana, en un penalti que el silbante uruguayo Roberto Silvera se niega a pitar.
Chivas revive en el complemento, impulsado por el coraje de su afición. Y también porque al fin reacciona Efraín Flores, al incorporar a Marco Fabián y Alberto Medina, hombres clave en la victoria final y que daban forma a una propuesta esperada desde el comienzo…
Luego de una magnífica jugada de Arellano, al 59, con sombrerito de por medio, Marco Fabián ingresa solito al área y al fin fusila a Ojeda, para igualar en el resultado global.
No es todo. Los añorados contragolpes, por fin surten efecto. En el 64, Arellano hace otro jugadón y tras recibir pase de Esparza, filtra un pase de oro que aprovecha Alberto Medina, para el 2-2 y 4-3 global, resultado que apuntala el guardameta Víctor Hugo Hernández con tres sendas atajadas que le dan al Rebaño el pase a semifinales.
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