Washington, D.C. / Nov. 9
El gobierno de Barack Obama tendrá dos prioridades en su relación con México: la seguridad y la economía.
En el primer caso, Washington asumirá con mayor responsabilidad la lucha contra el narcotráfico: asignará más recursos y será más eficaz para disminuir la demanda interna de drogas; en el segundo, apoyará a la economía mexicana para sortear los efectos de la crisis económica mundial.
Así lo afirma Iván Restrepo, principal asesor de Obama en asuntos latinoamericanos, quien anuncia, en entrevista con Proceso, los temas que el próximo mandatario estadounidense planea establecer en la agenda bilateral.
Aunque advierte: “El presidente Obama no quiere sobredimensionar la relación con México. La quiere colocar en el contexto adecuado de cooperación, entendimiento y trabajo que beneficie a la población de los dos países”.
Acepta que Obama no conoce con detalle los temas prioritarios de esta relación, pero asegura que, una vez que instale su gabinete, desea “trabajar brazo con brazo” con el gobierno mexicano en la economía y la seguridad.
Restrepo sostiene que a Obama le preocupa, y hasta cierto punto le molesta, que la sociedad mexicana esté pagando las consecuencias de decisiones que tomó el gobierno de George W. Bush en la lucha contra el narcotráfico: abandonar los programas para reducir el consumo de drogas y no destinar más personal ni recursos económicos para contener en Estados Unidos las actividades ilegales que ayudan al crimen organizado y al narcotráfico del otro lado de la frontera.
“Obama quiere primero disminuir la demanda de drogas en Estados Unidos. Tiene la firme determinación de hacer lo que sea necesario para revivir los programas de rehabilitación que, bien sabemos, funcionan y que desafortunadamente se abandonaron en los últimos años”, subraya.
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