Washington, D.C. / Octubre 28.-
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, promulgó hoy una ley que amplía las protecciones contra los denominados crímenes de odio motivados por la discriminación racial, de género, religión, origen nacional y orientación sexual.
“Después de más de una década de oposición y retraso, hemos aprobado una legislación exclusiva de crímenes de odio para proteger a nuestros ciudadanos de violencia relacionada sobre cómo lucen, a quién aman, cómo oran o quiénes son”, apuntó.
La legislación, incluida en el paquete de presupuesto del Departamento de Defensa, se hace extensiva para proteger a homosexuales y lesbianas y fortalece la investigación del gobierno federal de los crímenes provocados por el odio.
La ley honra la memoria de Matthew Shepard, un homosexual asesinado en 1998, y de James Byrd, un afroamericano que también fue asesinado ese mismo año en circunstancias separadas por supremacistas blancos.
Obama agradeció la presencia de Judy Shepard, madre de Matthew, así como también de familiares del fallecido senador Edward Kennedy, “quien luchó muy duro por esta legislación”.
El 16 por ciento de los 12 mil crímenes de odio reportados en la última década son motivados por la orientación sexual de la persona, según el Departamento de Justicia.
Desde 2007 se denunciaron siete mil 624 crímenes de odio, con un aumento del 40 por ciento de víctimas hispanas, que representan el 61.7 por ciento del total de ese tipo de crímenes, según la Oficina Federal de Investigaciones (FBI).
Bajo la nueva ley, el Departamento de Justicia podrá investigar ese tipo de crímenes y tendrá jurisdicción para procesar casos cuando las leyes locales o estatales son inadecuadas o las autoridades locales no quieren actuar.
El procurador general Eric Holder dijo anteriormente, en respuesta a grupos religiosos que consideran el homosexualismo como “inmoral”, que la legislación busca evitar actos de violencia física contra las víctimas pero que no impide la libertad de expresión.
Activistas citaron casos de latinos asesinados presuntamente por motivos raciales en 2008, como el mexicano Luis Ramírez, en Pensilvania, y los ecuatorianos Marcelo Lucero y José Osvaldo Sucuzhañay, en Nueva York.
Con esta ley esperamos “llegar al fondo de los asesinatos” de Sucuzhanay, Lucero y Ramírez, sostuvo Jason M. León, director del Consejo Laboral para el Avance del Trabajador Latinoamericano (LCLAA).
“Celebramos la implementación de esta ley y anticipamos que el próximo paso para asegurar los derechos de los latinos en este país sea una reforma migratoria,” dijo Héctor E. Sánchez, director de Política y Investigación de LCLAA.
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