México, D.F. / Nov. 22
Tras considerar que los niños son lectores que leen muchas veces un mismo libro con enorme pasión, mientras que a veces los adultos lo hacen en forma más displicente, “snob”, distanciada, el laureado escritor Juan Villoro señaló que son los volumenes los que buscan a sus lectores.
Entrevistado por Notimex con relación a su nueva entrega, “El libro salvaje”, el ganador en marzo pasado del Premio Antonin Artaud, por “Los culpables”, dijo que siempre había tenido el gusanito de escribir algo que fuera la iniciación de un lector.
Que abordara cómo empieza a leer la gente, porqué lo hace o qué tipo de persona es el lector más fecundo, entre otras cuestiones, añadió.
“Fue así que surgió `El libro salvaje”, en donde el lector más interesante no es el que ha leído mucho, no es el especialista, sino es el que lee con más intensidad, con más pasión”, enfatizó el también ensayista.
“Yo quería recuperar la pasión de leer, de manera totalmente entregada, a través de esta historia”, recalcó.
Expuso que el texto lo había terminado hace unos dos años, “desde hace mucho tiempo yo tenía la idea de escribir algo sobre este tema de los libros que se mueven, porque yo como lector y como persona he tenido que hacer mudanzas, he perdido libros y los he reencontrado de las maneras más inesperadas”.
Recordó que el libro anterior a éste es “De eso se trata”, que es sobre la lectura, nada más que ahí lo que hago es leer a otros autores y compartir lo que resulta.
“Los libros son espejos y el que refleja más de sí mismo en un libro es el mejor lector, por eso el niño en la historia logra atrapar un escrito que se le ha resistido a su tío, que es un hombre muy erudito, muy culto pero que no tiene esta pasión, esta manera de leer tan entregada”, afirmó.
Y apuntó: “a veces perdemos la forma de leer que teníamos en la infancia, los niños son lectores que leen muchas veces un mismo libro con enorme pasión y a veces en la vida adulta leemos en forma más displicente, más snob, más distanciada y yo quería recuperar la pasión de leer, de manera totalmente entregada, a través de esta historia”.
Villoro explicó que le puso ese título “porque así como hay caballos salvajes, que no tienen herraduras, que viven en el monte, que no quieren tener ningún jinete, así también puede haber libros que se le resisten a un lector y que no quieren ser leídos.
“Es un libro que está esperando su jinete, su lector para ser leído, y esto también pasa con la escritura, porque para un autor antes de escribir ese libro es salvaje, está en blanco.
“Es un libro que no quiere ser atrapado, que se le resiste, que no tiene letras, que no tiene historia, que no tiene nada y donde uno debe tratar de domar esa historia, de hacerla suya y de conquistarla”, subrayó.
Se dijo seguro de que “los niños tienen preguntas filosóficas muy importantes, son lectores muy profundos, y hay que satisfacer eso, pero con un ánimo de juego. Pienso que la literatura para niños es una filosofía de juguete”
Es decir, “tiene el sentido lúdico del juego y al mismo tiempo se plantea preguntas muy profundas que les interesan. Todo el tiempo están haciendo interrogantes sobre el destino de la vida, el significado de las cosas, qué pasa con la muerte, más allá de la vida, entre otras cosas”.
Refirió que “al escribir para adultos te mueves en matices psicológicos contradictorios, en una zona que tiene que ver más con un mundo escéptico, en donde el lector está más desencantado, cree menos en las hadas y menos los milagros. Yo he sentido la necesidad de escribir en ambos registros”.
De los resultados, Villoro expuso que “todo es difícil, complicado, angustiante y gratificante, pero son estímulos distintos, yo escribo con el mismo gusto para adultos que para niños, por momentos me puedo sentir más identificado con un tipo de escritura que con otra, pero no distingo, para mí me gusta igual”.
Juan Villoro es escritor, traductor periodista y profesor universitario, además de uno de los intelectuales mexicanos más activos e importantes de los últimos tiempos.
Entre sus reconocimientos destacan: el Premio Villaurrutia en 1999, el Herralde de Novela en 2004 y, recientemente, el Antonin Artaud de la Embajada de Francia en México.
“El libro salvaje”, editado por el Fondo de Cultura Económica, cuenta con 237 páginas, dividido en 21 breves capítulos, con ilustraciones de Gabriel Martínez Meave.
Discussion about this post