Caracas,Ven. / Nov. 24
En medio de la tensión y expectativa por la demora del escrutinio, todo parecía indicar que el chavismo experimentaba la noche de este domingo un triunfo con sabor amargo, al ceder por lo menos cuatro de los 22 estados en juego, en las elecciones regionales y municipales, en los que los resultados oficiales brillaron por su ausencia y el presidente Hugo Chávez habría recibido un verdadero “golpe en el hígado”, al perder en su feudo de Barinas.
“El pueblo ya decidió yo sólo vengo a decir que sólo con manipulaciones se puede torcer la voluntad del electorado”, dijo esta noche Antonio Ledezma, candidato a la Alcaldía Mayor de Caracas, cuando el Consejo Nacional Electoral (CNE), prolongaba los comicios en las mesas donde había una masiva afluencia de votantes.
Eso lo había anunciado en la tarde la presidenta del CNE Tibisay Lucena, sólo para “aquellas mesas donde haya votantes”, lo que dio lugar a confusiones y propició numerosas denuncias, para luego en la noche demorar el anuncio de los resultados aumentando la tensión en todo el país. Una situación similar a la que el CNE había adoptado en el referéndum revocatorio del 2004.
De inmediato el general Alberto Muller Rojas, vicepresidente del Partido Socialista Único de Venezuela (PSUV), llamaba a “a los militantes a ir a votar en los centros donde aún estén abiertos”, algo que violaba la orden de la CNE, mientras que militantes oficialistas se aglutinaban en los centros para pedir que “no cierren”.
De esa manera, cientos de mesas demoraron más de cinco horas de la hora oficial de cierre en ser clausuradas (16:00 horas locales), aún cuando el 100% de la elección se llevó a cabo en forma automática, un argumento más para transformar en inexplicable la demora en proporcionar los datos oficiales.
Por esas horas el “scarómetro” (como llaman los venezolanos a la primera impresión de los rostros de los candidatos) era elocuente en los bunkers del oficialismo, mientras la oposición denunciaba que en Petare como en otras regiones los militares al mando del Plan República (el dispositivo de seguridad electoral) “mantenían abiertas las mesas cuando ya no había votantes en un sin sentido”, según lo denunció ante el CNE Enrique Márquez, dirigente del partido opositor Nuevo Tiempo.
Las encuestas a boca de urna de varias consultoras de opinión, cuya difusión estuvo prohibida en el país, le otorgaban ventajas a los candidatos opositores y disidentes del chavismo entre cuatro y ocho estados de los 22 que estaban en juego. “En Caracas y en Miranda el escrutinio está reñido, en Mérida y Táchira hay ventaja de la oposición, mientras que en Barinas y Guaricó la ventaja es para los candidatos disidentes”, amén de Nueva Esparta y Zulía, gobernados por partidos opositores que habrían sido ratificados en las urnas, según fuentes de las consultoras interrogadas por EL UNIVERSAL.
De confirmarse esos resultados, el crecimiento de la oposición sería considerable con respecto a las últimas elecciones regionales del 2004, cuando sólo retuvo dos de los 22 estados, lo que representaría un serio retroceso para el chavismo.
A medida se extendía la demora, algunos enfrentamientos entre militantes oficialista y opositores se habían desatado en algunos centros del centro de Caracas y en Apure.
“Yo no soy un loco y si tengo que reconocer la derrota como ya lo hice una vez lo haré, pero le pido a los Venezolanos que esperen los resultados con calma y a los medios que no den resultados”, había solicitado el presidente Chávez, luego de votar en el barrio 23 de enero.
Tranquilo y sereno, acompañado de hijos y nietos, después de una larga campaña de insultos y confrontación, Chávez parecía convencido de que esta noche debería digerir algunos tragos amargos como perder en Barinas, el feudo de su familia, después de haber dicho que una derrota allí sería como “un golpe al hígado”.
A lo largo de la jornada, donde el balance fue de calma y normalidad —a pesar de algunas irregularidades y de las 26 personas detenidas en todo el país— 130 observadores invitados por el gobierno, 13 enviados por la OEA y 2 mil 500 fiscales aportados por la Federación de Estudiantes Universitarios, se añadieron a las ONGs como Súmate para controlar los comicios.
Este domingo en Venezuela no se jugaban los nombres de las nuevas autoridades regionales y municipales solamente. La elección, convertida por el propio Chávez en un plebiscito a su gestión, se transformó además en una extensión de las de diciembre de 2007, cuando el presidente se vio impedido de obtener la reelección indefinida.
“Esta noche, lo que Chávez no pudo es revivir su proyecto de perpetuarse mediante la posibilidad de la reelección. Una vez más los venezolanos defendieron en las urnas la democracia”, opinó el ex ministro y analista Teodoro Petkoff.
Discussion about this post