México, D.F.-
A 480 años de su hundimiento sigue la búsqueda de los restos de la nave “Nuestra Señora del Juncal”, buque del que el INAH lleva 18 años de hurgar en las aguas de la Sonda de Campeche y del que ahora exhibe un video titulado “Tras la huella del Juncal: Crónica de una expedición”.
En un comunicado el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), añade que con ese video se abre el próximo 9 de julio el II Ciclo de Documentales de Arqueología Subacuática, que tendrá lugar los martes en el Museo Nacional de Antropología, en punto de las 19:00 horas, con entrada libre.
A través del documental, detalla la etnohistoriadora Flor Trejo que “el Juncal cuenta su historia. ¿Qué se siente ser barco en medio de un mar furioso, tormentoso, intentando sobrevivir para llegar a un puerto seguro?, esto se va combinando con la investigación que hicimos entre mayo y junio de 2012, a bordo del buque oceanográfico ‘Justo Sierra’ de la UNAM”.
Se abunda que el INAH lleva 18 años de buscar los restos de “Nuestra Señora del Juncal”, nave almiranta de una flota española que naufragó en 1631 en la Sonda de Campeche, que se convirtió en una leyenda casi enseguida de su accidente y ésta permanece después de más de 480 años.
La especialista, integrante del proyecto de investigación encabezado por la Subdirección de Arqueología Subacuática (SAS) del INAH, explicó las diversas circunstancias que hicieron del Juncal una embarcación de leyenda, que así como estuvo en la mira de los piratas del siglo XVII, en la actualidad sigue motivando los intereses económicos de empresas buscadoras de tesoros.
Este naufragio representó una pérdida importante para la Corona española y casi de inmediato se activaron los mecanismos para tratar de rescatar los restos, pero no se logró. Cuatro décadas después del accidente, un asentista llamado Diego de Florencia intentó localizarlo, sin embargo, también fracasó.
“Transcurrieron los años y El Juncal no se olvidó, hasta que en el siglo XX buscadores de tesoros marcaron la pauta de su importancia, aunque en términos del valor económico. En contraparte, el INAH a través de la Subdirección de Arqueología Subacuática busca proteger los restos de esta embarcación mediante un proyecto científico. Así que de algún modo es una historia similar a la del siglo XVII, por un lado está el interés institucional, académico, y por el otro tenemos a los piratas contemporáneos”.
La leyenda ha hecho que se magnifique el cargamento de “Nuestra Señora del Juncal”, si bien es cierto que viajaba con más de un millón de pesos en plata y reales, anota que “no tiene sentido hacer la conversión a pesos actuales”, además traía materiales y productos altamente cotizados en el Viejo Mundo, como tintes, plantas medicinales y chocolate.
“Un naufragio es una cápsula del tiempo, un universo resumido y detenido. El hundimiento del Juncal sucedió en un periodo que muchos consideran el fin del siglo XVII y la entrada a una nueva dinámica social y política, el aumento de conflictos internacionales que repercutieron en la posición de España como imperio, de modo que sufrió una transformación en función de otras potencias europeas”.
La Flota de la Nueva España, 1630-1631, uno de los proyectos más complejos que realiza la arqueología subacuática en México, se encuentra en una etapa clave desde sus inicios en 1995.
Luego de una extensa indagación en cinco mil expedientes dispersos en archivos de México, Cuba y España, que dieron lugar a un libro, las últimas temporadas de esta iniciativa se han enfocado en “peinar” una extensa zona marítima, en la Sonda de Campeche, donde podrían hallarse sus vestigios, por lo que los oceanógrafos, además de expertos en técnicas geofísicas- marcaron un área de búsqueda inicial que abarca más de 1,500 km2, lo que se traduce en tres temporadas completas de dos meses, de 24 horas por 24 horas, navegando.
Además del equipo de especialistas de la Subdirección de Arqueología Subacuática del INAH, se ha contado con el apoyo del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología de la UNAM, la tripulación experimentada del buque oceanográfico “Justo Sierra”, e investigadores norteamericanos expertos en geofísica y arqueología subacuática.
Discussion about this post