México, D.F.-
De Miguel Layún, la afición al futbol mexicano se burló hasta el cansancio. Hasta en las redes sociales se decía que todo era su culpa, pero el lateral americanista nunca dejó de soñar con vestirse de verde algún día. Hoy que por fin es un flamante seleccionado nacional, sigue asombrado.
“Hoy para mí es impresionante poder estar aquí [en el Tri]. Lo disfruto al máximo y espero mantenerme con ese asombro por muchos años aquí”, describe el zaguero.
Hacer realidad los sueños es fruto del esfuerzo, del trabajo que Layún le ha puesto en cada partido y entrenamiento de su carrera profesional.
Toca el balón con seguridad, hace los movimientos que le solicitan sus entrenadores con el fuelle y la entrega que le caracteriza.
Puede que no sea el más técnico de los laterales en el mundo, que no sea el Cafú mexicano, pero Miguel Arturo es de los que jamás deja de picar piedra por conseguir sus anhelos. Una vez que los consigue, asegura que no deja de deslumbrarse.
“Los sueños se vuelven objetivos cuando trabajas fuerte y te das cuenta de que los puedes alcanzar. Hoy estos objetivos que estoy logrando es muy emocionante y a la vez hay que creérsela para poder hacer las cosas bien y sin dejar de asombrarse; cuando pierdes capacidad de asombro, la vida deja de tener ese sabor tan agradable”, considera el americanista.
La Copa de Oro que se jugará en este mes en Estados Unidos se ha vuelto una vitrina inmejorable para futbolistas como Layún, que no son considerados para disputar los partidos clasificatorios al Mundial.
Los lugares son pocos y parecen ya copados por otros nombres que podrían lucir más importantes en esa versión del Tri. Pero el siempre criticado defensor tiene como objetivo la lucha por llegar a la Copa del Mundo de Brasil 2014.
“Me es difícil hablar de esos temas, por respeto a los compañeros que están jugando eliminatoria, trabajan fuerte para encontrar esas oportunidades. Lo que sí es que voy a tratar de aprovechar la mía al máximo para obviamente primero refrendar el título de Copa de Oro, y después en eliminatorias y luego en el Mundial”, avisa el elemento azulcrema.
En los dos partidos amistosos que ha disputado el representativo nacional “dorado”, Layún ha salido en el 11 titular, lo que resulta indicativo de que puede ser el inicialista en la banda derecha del cuadro verde.
Esa circunstancia, al zaguero no le dice algo. La titularidad no es algo que se dicte como una sentencia, porque José Manuel de la Torre, puede cambiar de opinión en un tris.
“Yo no me siento titular por haber jugado, traté de aprovechar al máximo los minutos que me tocaron. Quizá en el futuro pueda arrancar alguien más, lo importante es estar presente para cuando se necesite”, reconoce.
Su argumento para ganarse la confianza del Chepo es la de trabajar lo mejor que sus capacidades le permitan. Así se ganó el chance con el Tri para “tener la ilusión de hacer bien las cosas, de refrendar que creen en nosotros y de encontrar esas oportunidades que hoy estamos teniendo”.
Se siente recompensado en su labor, porque “cuando se empezó a mencionar mi nombre, me di cuenta de que trabajando fuerte con América y logrando los objetivos que teníamos y podría lograr muchos otros, pero que no terminan ahí, vienen muchos más con Selección Nacional y con el equipo”.
Hoy, Miguel Layún, el otrora culpable de todo y el siempre criticado, no deja de trabajar por alcanzar sus sueños, el más grande de todos: jugar una Copa del Mundo.
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